La derrota contra el PSG sella la peor racha de local en Anoeta

La última victoria de la que disfrutaron los aficionados en el templo txuri-urdin fue el pasado 26 de noviembre, hace ya tres meses. O lo que es lo mismo, 100 días exactos. Es verdad que en ese tiempo tan solo ha jugado siete partidos en la capital guipuzcoana por los quince que ha disputado a domicilio, y Zubeldia transmitió hace una semana que «los números serían bien distintos» si la Real hubiese tenido la oportunidad de jugar todos esos partidos ante su afición, pero la realidad es que desde que ganó 2-1 al Sevilla aquel domingo de noviembre el balance es de cuatro empates y cuatro derrotas, la última ante el PSG.

Así las cosas, este equipo supera negativamente el anterior récord, para el que hay que remontarse veinte años atrás, a la temporada 2022-2003/04. Las similitudes de este equipo con el del subcampeonato se siguen repitiendo. Porque si las temporadas 2002/03 y 2022/23 han sido las de la clasificación a la Champions League (más la 2012/13) y también las únicas en las que se han alcanzado los octavos de final. Aquella plantilla dirigida por Raynald Denoueix venía de ser segundo en Liga y en el primer semestre de la temporada compaginó la competición doméstica con la Champions League y la Copa. Eso se tradujo en una sequía de victorias que duró 70 días en general y que acabó tras siete partidos sin conocer la victoria, con cuatro empates y tres derrotas.

Con la derrota de este martes ante el PSG de Mbappé, la Real acumula ocho partidos consecutivos sin ganar en Anoeta, lo que supone un récord negativo desde la inauguración del estadio en verano de 1993.