Un espeso Sanse sigue aprendiendo

Será complicado que el Sanse dispute una primera parte peor que la de ayer. Alonso introdujo varios cambios sentando a Pokorny e introduciendo a Kortajarena en la medular, mientras que Roberto López tuvo que esperar en la banqueta. Y se notó en las piernas de los jugadores. El minuto 1 de encuentro fue un presagio de lo que iba a venir en los siguientes 45'. Kortajarena perdió un balón en medio campo y tuvo que agarrar al rival para que no enfilara a la portería de Ayesa. La primera de muchas. Si el Oviedo hubiese estado algo más atinado en esos regalos del filial, los asturianos se podrían haber ido con tres o cuatro goles en el marcador. Pero no fue así porque en el primer acto apenas hubo ocasiones. «Fea», la calificó Xabi Alonso en rueda de prensa, pero este tipo de partidos «hay que querer y saber jugarlos. También hay que disfrutarlos».

Fue el Oviedo quien comenzó a inquietar a Ayesa. En la izquierda Borja Sánchez empezó a carburar desde bien pronto y el Sanse casi se mete un gol en su propia portería. Lucas buscó en largo a Obeng y Urko se lanzó al suelo para desviar el balón hacia la meta de Ayesa, que se tuvo que esforzar para que el partido no se pusiese cuesta arriba. El filial era incapaz de hilvanar jugadas para tener una posesión que ayer no fuese suya. El Oviedo se adueñó del cuero y no lo soltó. Los de Ziganda dieron un paso más. La tuvo Jimmy internándose en el área para hacer sudar a Ayesa, que se lanzó como un gato para realizar la primera parada de mérito. Comenzó entonces una serie de errores que si el Oviedo hubiese estado más fino podrían haber significado la victoria. Por su parte, sin noticias de los realistas en ataque. Blasco profundizó por derecha y encontró a Aldasoro en el primer palo que no estuvo fino en el remate. Era el 44'.

En la segunda mitad sí que se vio al verdadero Sanse. Alonso introdujo a Roberto López retirando a Kortajarena y el filial mejoró, sobre todo con balón. Las jugadas de ataque comenzaron a fluir pero fue el equipo de Ziganda quien siguió estando más cerca del gol. En una jugada embarullada dentro del área tuvo que aparecer de nuevo el portero de Ansoain. Obeng fue incapaz de rematar, pero sí Brugman, que llegando desde segunda línea hizo trabajar de nuevo a Gaizka, que justo después hizo un mal despeje que Marco Sangalli no pudo enviar a la red después de un potente centro. El único pero en el partido del '1'.

El Oviedo, por su parte, seguía a lo suyo. Otra pérdida realista, esta vez de Urko, dejó a Obeng en buena posición de remate, pero Arambarri se disfrazó de héroe para sacar el cuero con una buena segada. Cuando más cerca estaba el 0-1, vino el 1-0 con claro acento francés. Blasco se animó desde lejos con un disparo seco para comprobar que Femenias estaba en el campo mientras que acto seguido puso en bandeja el gol a Olasagasti con un perfecto centro. El centrocampista entró desde segunda línea y con un planchazo superó a Femenias para hacer el primero. Esto es Segunda.

Pero Ziganda introdujo a un delantero por el que el Swansea pagó 18 millones de euros. Borja Bastón necesitó poco tiempo para cortar las alas al Sanse. Hubo conexión entre Borjas para que el Oviedo empatara el partido sin que el Sanse pudiese saborear la momentánea victoria. Sánchez recibió escorado en banda izquierda y filtró un pase certero a la espalda de Arambarri y Urko para dejar a Bastón solo ante Ayesa, que terminó sentado con un amago del '9' culminando la jugada con una sutil vaselina. Golazo de delantero de quilates.

Entró entonces el partido en un tramo de ida y vuelta donde si alguien mereció ganar ese fue el Oviedo. Obeng marcó en fuera de juego tras una peinada de Bastón aunque la mejor oportunidad vino en el 83'. Un córner con música de Montiel fue cabeceado por Borja Sánchez, que se encontró con un Ayesa que realizó un milagro a bocajarro. El rechace fue a parar a Mossa, pero no estuvo acertado a un metro de la línea de gol. No hubo tiempo para más y el Sanse sigue sumando, y sobre todo, aprendiendo.