A Europa se va por Elizondo

No fue un partido brillante -los partidos de rivalidad vecinal nunca lo son-, pero el cuadro txuri-urdin recuperó muchas de las señas de identidad de antaño, entre otras su firmeza defensiva, y eso hizo que fuera suficiente recurrir a la estrategia ofensiva para obtener el triunfo. El choque dejó dos grandes protagonistas, Pacheco y Zakharyan, dos futbolistas que no están entre los once que más han jugado, pero que llevan tiempo reivindicando sus opciones. Ayer salieron fortalecidos con su actuación.

Vuelve el tridente ofensivo. La principal novedad en el once realista fue que formaron juntos arriba Kubo, Oyarzabal y Barrenetxea por primera vez desde el 8 de noviembre después de que el donostiarra superara sus problemas de lumbago, aunque la lesión del japonés aguó el regreso del tridente. En el resto del equipo hubo pocas novedades más allá de que Pacheco ocupó la plaza del sancionado Le Normand y de que un gran Zakharyan hizo lo propio por el lesionado Brais en la zona ancha. Completaron la alineación Remiro, Traoré, Zubeldia, Galán, Zubimendi, Merino, Kubo y Oyarzabal. En el Alavés formaron los esperados, el once de gala de Luis García con los exrealistas Gorosabel, Guevara y Guridi como titulares.

Presión y posición adelantada. Gustó la Real en los primeros minutos recuperando muchas de sus virtudes que le han hecho un equipo importante en la Liga, con una presión adelantada, jugando en campo contrario y circulando el balón con rapidez y criterio ante un Alavés que no podía estirarse. Zubimendi, Merino y Zakharyan intercambiaban sus posiciones lo que provocaba que el primero apareciese en zonas altas para escaparse de la vigilancia de Guridi, aunque después le faltara concretar el pase final o que los atacantes los aprovecharan.

El caso es que para el segundo minuto Oyarzabal ya había dispuesto de un disparo desde la frontal del área bloqueado por Abqar y Zubimendi no acertó a empujar un córner peinado en el primer poste por Merino. Con todo, la más clara fue una jugada individual de Barrenetxea tras una buena presión adelantada. Zakharyan saltó sobre Rafa Marín que se equivocó filtrando por dentro para que la interceptase el donostiarra, que enfiló portería y terminó rematando con la zurda rozando el poste. Una buena acción que mereció más premio.

Zakharyan la mete al espacio. Además de la electricidad de Barrenetxea por la izquierda, por la banda derecha Kubo y Zakharyan formaban una buena sociedad. El japonés, aunque no intervenía mucho fijaba a Javi López y atraía a Guevara en las ayudas, lo que provocaba que el ruso pudiera disponer de espacio para manejarse y de tiempo para pensar. Eso se concretó en dos servicios en profundidad a la espalda de la defensa babazorra solo al alcance de muy pocos futbolistas.

En el primero, en el minuto 18, Oyarzabal atacó bien el espacio pero se durmió ante Abqar queriendo hacer un recorte con el que perdió la pelota en lugar de enfilar a Sivera. El segundo, antes de la media hora, fue más claro aún y terminó en las mallas después de una buena vaselina del capitán pero le sobró arrancar en posición de fuera de juego para que subiese al marcador. Dos jugadas desperdiciadas de esas que pueden marcar la diferencia en partidos tan apretados como el de ayer en el que pasan pocas cosas.

En el cuarto de hora anterior al descanso la Real perdió velocidad de juego y a Kubo, lesionado con un problema en el isquio, y el conjunto babazorro estrelló un balón en la madera en una contra de Luis Rioja.

Bendita estrategia. Tras el descanso Zakharyan volvió a liderar el juego ofensivo en campo contrario, en este caso para lanzar a Becker en profundidad. El neerlandés arrancaba desde la derecha buscando línea de fondo. Desde ahí salieron los dos córners, ambos botados por el ruso, que encumbraron a Pacheco como un gran rematador. En el primero Sivera salvó in extremis el testarazo del navarro, algo que no pudo hacer en el segundo porque entró con todo en plancha y el balón acabó en la red.

Quedaba media hora por delante pero la Real no pasó apuros porque supo gestionar muy bien el juego a pesar de que Luis García renovó a toda su línea de ataque para dar entrada a Simeone, Kike García y Rebbach. La solvencia por arriba de los centrales y de Merino por delante de ellos hizo que Remiro no tuviese que pasar problemas en el tramo final.