Un cabezazo de Ansotegi que valió medio ascenso
El pasado 21 de marzo se cumplieron 10 años de un triunfo clave en la carrera por el ascenso a Primera. Un gol del de Berriatua en el minuto 88 hizo que Anoeta explotase de alegría
Tal vez los seguidores realistas más jóvenes no lo recuerdan, pero hubo un tiempo en el que Jon Ansotegi, actual miembro del cuerpo técnico ... txuri-urdin, decidía partidos para la Real con sus goles. Bueno, más bien decidió uno. Y qué partido. El pasado sábado se cumplieron 10 años de la tarde en la que Anoeta reventó de alegría por un tanto postrero del corajudo central de Berriatua. Aquel encuentro, correspondiente a la jornada 29 de Segunda División, lo ganó la escuadra blanquiazul 3-1 ante un Levante que acabaría también ascendiendo aquel año a Primera. El triunfo, además de consolidar en el liderato a los guipuzcoanos, sirvió para amarrar el goalaverage con los levantinos y meterles 10 puntos de distancia en la tabla.
Era el último año en la categoría de plata y aquella plantilla blanquiazul poco o absolutamente nada tenía que ver con la actual. Solo David Zurutuza, quien apura sus últimas semanas como realista, sigue en el equipo. Y del resto, se han retirado hombres como Labaka, Rivas, Xabi Prieto, Aranburu, o Agirretxe. Por ahí andaba también un jovencísimo Antoine Griezmann, que aquel día cumpliá 19 años. Por su parte, en las filas del Levante estaban 'futuros' viejos conocidos como Vicente Iborra, Ballesteros, Juanfran, Manolo Reina o el exrealista Gorka Larrea. Era, al igual que hoy, un bloque férreo y áspero.
El choque fue lo que la propia palabra indica, una colisión entre dos trenes de mercancías. Fue un duelo bronco, de muchas alternativas y con mucha polémica, ya que arbitrando estaba Pino Zamorano, un nombre que trae malos recuerdos por estos lares. La alegría por el tanto de Bueno a pase de Xabi Prieto a la media hora de encuentro se convirtió en frustración cuando el colegiado señaló un inexistente penalti a favor del Levante en el minuto 75. Xisco se dejó caer ante Rivas. Bravo detuvo el lanzamiento de Samuel, pero Juanlu, que estaba muy adelantado en el momento del disparo, aprovechó el despeje para poner las tablas y silenciar Anoeta. Fue un jarro de agua helada.
El gol del pueblo
A la desesperada y con un hombre más tras la expulsión de Ballesteros la Real se volcó en busca de la victoria. Los hombres de Martín Lasarte, duros como el acero cuando jugaban en casa, agobiaron hasta la extenuación a su rival en busca de un gol que parecía que no iba a llegar nunca… hasta que apareció un héroe al que nadie esperaba: Ansotegi. El zaguero vizcaíno llevaba ya varias acciones rondando el área valenciana con intención de cazar algún balón aéreo, hasta que conectó un violentísimo cabezazo a centro de Prieto (otra vez) para llevar el delirio a las gradas en el minuto 88. El gol fue precioso porque el canterano marcó los tiempos del salto a la perfección, algo que le permitió enganchar la pelota con una fuerza desmesurada. Una acción para enseñar a los niños en cualquier escuela de fútbol. Lo celebró con los puños en alto y abrazándose con todos sus compañeros, emocionado. Una alegría bien merecida para un jugador noble que jamás negoció ni un solo segundo de esfuerzo y sacrificio.
Lo siguiente fue un show. Martín Lasarte, muy caliente durante todo el choque por el juego duro de los levantinistas y sus pérdidas de tiempo, fue expulsado por hacer gestos al banquillo rival, y se marchó del terreno de juego con un enfado monumental y desafiando al técnico rival, Luis García Plaza. El uruguayo no era de los que hacía prisioneros, y ese ardor guerrero es algo que siempre se agradeció por aquí. Previamente habían sido expulsados también los delegados de ambos conjuntos. La Segunda División era una jungla.
Para finalizar la fiesta, Zurutuza colocó la guinda con un golazo desde la frontal del área que fue inalcanzable para Herrera. Los 20.000 espectadores que poblaron aquel día las gradas del coliseo donostiarra se marcharon a sus casas exultantes y con una idea muy clara en la cabeza: medio ascenso ya estaba en el bolsillo. El otro medio se conquistaría en Cádiz. Pero esa es ya otra historia…
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