Bordalás, el único feliz en Anoeta

Robin Le Normand recibió ayer en los prolegómenos del partido el trofeo como mejor jugador de la liga en el mes de octubre. Nada más y nada menos. El elegido en el mes de septiembre fue Karim Benzema. El MVP bretón de la Real recogió el premio de manos de Agustín Gajate. Sonrió un poco para las fotos, entregó el galardón y se olvidó de fiestas. Concentración pura y dura para ser otra vez, y en esta ocasión junto a Januzaj, el mejor jugador de la Real en el partido. Expeditivo, rápido y con mando para sacar jugado el balón desde atrás, mantuvo firme a la Real cuando el Valencia más atacó en la segunda mitad. Deschamps, toma nota.

¿Fue el trencilla determinante en el resultado final del partido? Hasta la rigurosa expulsión Aritz, no. ¿Desquició a la Real y a su afición? Por supuesto. ¡Vaya nochecita nos dio el árbitro ayer en el Reale Arena! Quiso emular un arbitraje de estilo inglés, sin lograrlo, obviamente. Apenas pitó faltas en un primer tiempo en el que las hubo de todos los colores contra la Real. En el segundo tiempo cambió de criterio y ya empezó a pitar faltitas en contactos más que dudosos, como el de Gorosabel a Gaya dentro del área. A Isak lo volvió loco. Ni una falta a favor le pitó, y eso que tuvo varias ocasiones para ello, como el agarrón de Foulquier al borde del área en el 35.

Anoeta le pone a Bordalás. Sí que es verdad que conociendo un poco su currículum seguro que repite sus 'actuaciones' en otros estadios de la liga. Pero el Reale Arena le gusta. Se siente cómodo en la banda para correr, gritar, gesticular y presionar al árbitro. Como ayer cuando en el minuto 39 casi entra en el campo para protestar una caída no pitada como falta a Racic. Lo cierto es que Bordalás está logrando que el Valencia sea lo que probablemente necesite su equipo para sobrevivir, convertirlo en su nuevo Getafe. Porque el estilo de ayer en Anoeta fue el mismo. Faltas, agarrones, protestas... Lo malo para la Real es que le fue bien.

El primero que debería subirse al avión que traslade el miércoles a la Real a Mónaco es Roberto López Ufarte. Como homenaje al Principado en el que se le puso su mítico apodo: 'Le Petit Diable'. Y también como recuerdo a la primera persona que así llamó, el entonces príncipe Rainiero. ¡Cómo debió jugar López Ufarte para que el monarca le bautizara de esa manera! Sería un bonito detalle de los de Imanol regalar una victoria el jueves a Roberto y al resto de realzales. No obstante, el partido se presenta complicado. El Mónaco, con 48 horas más de descanso, me ha parecido el rival más rocoso de los tres que tiene la Real en la Europa League.