El amor es efímero

Se hacía raro ver a Canales, Juanmi y Willian José con otra camiseta. No cotizaba muy alto que uno de ellos consiguiera perforar la meta realista porque los tres, junto a Fekir, son los hombres de ataque de Pellegrini. Y efectivamente, Juanmi puso una puntilla inmerecida, en ese momento, a la Real. En esa desazón que sube desde las entrañas cuando alguien que ha vestido la camiseta txuri-urdin le hace gol. Una rabia contenida porque es mucho mejor que marque cualquier otro jugador. Como si es el portero. Pero tu ex...

Sobre todo fue extraño ver a Willian José en el primer partido que disputó contra su exequipo desde que saliera de la Real en el mercado invernal de la pasada temporada. Y eso que el de Porto Calvo en verano tuvo que regresar a Zubieta. El frío de Wolverhampton no le había gustado mucho. Volvió a un clima más suave, como el guipuzcoano, aunque estaba en la rampa de salida. Su destino, con un tiempo más amable, terminó siendo Sevilla.

El amor es efímero. Más en el fútbol. Y en el caso de Willian José pasó de ser el delantero que todos querían ser a un jugador señalado después de su 'affaire' con el Tottenham. Y la gente se enamoró de Isak. Y el sueco no defraudó. Willian fue profesional hasta el último día. Hizo un gol importantísimo contra el Nápoles, incluso horas antes de irse a la Premier hizo dos al Córdoba en Copa. Pero ya no había feeling. Ahora le quieren los de blanco y verde. Así es el amor en el fútbol. Que a pesar del 4-0, la gente de la Real ama a Isak.

Del mismo modo que la hinchada quiere con locura a Portu. Y eso que ayer tuvo cinco ocasiones para marcar en la meta de Rui Silva y erró todas. El murciano cuajó un excelente partido porque estuvo en casi todas. Le penaliza la efectividad. Justo la némesis de quien llevaba el 7 en la Real hasta que llegó el de Beniel. Juanmi necesitó un par de toques para ajusticiar a la Real. Ni había aparecido hasta su cabezazo que supuso el 2-0. Pero no hay dudas. Nuestro amor es con Portu.

El Betis tiene un idilio con el gol, del que carece el equipo de Imanol. Perdía por 3-0 y Remiro no se había ensuciado los guantes. La Real completó 35 minutos en la primera mitad que dio un recital de juego y de fútbol. No de goles. Y como comprobamos el jueves pasado, es lo único que cuenta.

Sevilla tomó el relevo de Zaragoza y estará en los corazones de los fieles txuri-urdin. La Copa de La Cartuja será imborrable, aunque en Sevilla Imanol se ha llevado dos de las cuatro goleadas que ha encajado en sus 151 encuentros en el banquillo de la Real. 5-2 le endosó el Sevilla hace un par de temporadas y 4-0 el Betis.

Como siempre que ocurre cuando las tendencias son opuestas, un resultado como el del Benito Villamarín sonroja. Pero ni el Betis mereció marcar cuatro goles, ni la Real no perforar la meta verdiblanca. Y si además veníamos de un 3-0, el drama se acrecenta.

Y es que con Imanol en el banquillo a la Real no le hacen muchos goles. Solo el 1-6 del Barça en Anoeta, del que no nos acordamos porque dos semanas después levantamos una Copa, y el 0-4 del Manchester United en Turín, son las mayores goleadas que ha encajado el oriotarra. Con lo cual, accidentes y desencuentros hay en momentos puntuales. El amor confeso de la grada a Imanol está fuera de toda duda.

Precisamente es quien nos tiene que llevar de interraíl europeo y hoy conoceremos destino. El objetivo es claro: visitar, por lo menos, dos ciudades. La que nos toque hoy y otra. Y si nos lo pasamos bien, pues quizá tengamos tiempo para otra más.

El amor que se profesa a la Real sigue inalterable, hasta en días como ayer. Hoy sorteo, el miércoles a Zamora, con el eslogan de 'Esta Copa enamora' y el sábado a por el Villarreal.

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