Dos décadas sin parte de la historia txuri-urdin

En la primavera de 1999 terminaron 86 años de historia en los que la Real Sociedad ha firmado sus mejores gestas. Atotxa vio ganar al conjunto guipuzcoano nada más y nada menos que dos Ligas, una Copa del Rey y una Supercopa. Desde entonces, excepto el título de campeón de Segunda División, los trofeos que duermen en el remodelado Anoeta esperan nuevos compañeros de vitrina.

Y es que para quien vivió los partidos de la Real Sociedad en Atotxa no habrá exprimentado una experiencia similar. Pocos campos conseguirán la atmósfera del terreno de juego situado en la avenida de Duque de Mandas, donde el olor a puro y a fruta se mezclaba con el aroma de la hierba. Puro fútbol. Los rivales temían visitar San Sebastián porque sabían que les esperaban 90 minutos de auténtico infierno. Eso era Atotxa, un campo que intimidaba a quien lo pisara. Un terreno de juego en el que el aficionado vivía con intensidad cada lance del juego.

El derribo de Atotxa se produjo tres años después de que se disputara el último encuentro. El último gol oficial del coqueto campo lo marcó el portugués Océano en la victoria de la Real Sociedad por 3-1 ante el Tenerife el 13 de junio de 1993. No sería el último partido que se juagara en Atotxa, ya que también se disputó un amistoso entre el conjunto blanquiazul y Euskadi.

Pero hay que remontarse más de un siglo para dar con la fecha en la que se inauguró el recinto donostiarra. El 5 de octubre de 1913 abrió sus puertas Atotxa como campo de fútbol en un partido que disputaron la Real Sociedad y el Athletic. El encuentro terminó con un empate a tres y el primer goleador fue Rafael Moreno Aranzadi, 'Pichici'.

Años antes ya se habían disputado partidos de fútbol en Atotxa. Por ejemplo en 1909 --año de la fundación de la Real Sociedad- el conjunto blanquiazul cosechó su primera goleada ante el Stade Français, un 12-2. Ese partido se jugó en el pelouse del Velódromo que se habilibata como campo de fútbol.

Antes de campo de fútbol, esta zona de San Sebastián acogió una plaza de toros y el velódromo, que tuvo que ser demolido para la construcción del terreno de juego de Atotxa. Esta decisión no gustó demasiado al presidente del club ciclista, el francés afincado en San Sebastián Monsieur Comet, que lanzó una maldición al club. «Jamás la Real será campeona». 'La maldición de Mr. Comet' duró más de siete décadas, hasta que la Real Sociedad consiguiera su primera Liga.

Atotxa guarda incontables anécdotas curiosidades. Durante 40 años estuvo al cuidado del campo un conserje exjugador de la Real Sociedad, el pasaitarra Amadeo Labarta Rey, que tuvo su vivienda dentro del estadio.

Veinte años después la Real Sociedad trata de recuperar el simbolismo y la atmósfera de Atotxa para el nuevo Anoeta. La Grada Aitor Zabaleta y la eliminación de las pistas han puesto su primer grano de arena, pero aún queda un largo camino que recorrer. La sombra del vetusto campo de Duque de mandas sigue siendo muy alargada.