Un ascenso cocinado en Gipuzkoa
Más del 70% ·
24 de los 34 futbolistas que han tenido minutos este año con el Sanse, además de los técnicos Sergio y Iosu Rivas, son nacidos en el territorioLa Real y Zubieta saborean todavía el ascenso conseguido a la Liga Hypermotion, un hito al alcance de muy pocos filiales. El Sanse jugará por ... cuarta vez en la categoría de plata tras ganar la final del playoff al Nástic y lo cierto es que este éxito carece de precedentes tanto en el fútbol estatal como en las grandes ligas europeas. La Real Sociedad B ha ascendido a Segunda con un grupo amplio de casa, nacido y criado en Zubieta desde bien pequeños. Sergio y Iosu Rivas han dado minutos esta temporada a 34 futbolistas, de los cuales 24 son guipuzcoanos. Esto equivale a más del 70% de la plantilla. Unos números imposibles de repetir en cualquier otro equipo del mundo, más teniendo en cuenta que Gipuzkoa es la provincia más pequeña y que cuenta con 728.000 habitantes. Es hora de sacar pecho de lo bien que se trabaja en el territorio.
El dato cae por su propio peso. Gipuzkoa tendrá la próxima temporada cinco equipos en las dos máximas categorías profesionales. La Real jugará en LaLiga y el femenino en Liga F, el Sanse en la Liga Hypermotion junto al Eibar mientras que el equipo femenino armero también estará junto a los mejores equipos de la categoría.
Centrándonos exclusivamente en el Sanse, lo logrado tiene un mérito impresionante teniendo en cuenta el número de habitantes que tienen provincias como Madrid, Barcelona, Valencia o todas las andaluzas. Gipuzkoa compite con muchas menos armas, pero el nivel es tal y el trabajo realizado en todos los equipos convenidos del territorio es tan sobresaliente que la élite está llena de futbolistas nacidos en el territorio. No busquen algo igual. No existe.
14 municipios guipuzcoanos están representados en la plantilla del Sanse
La procedencia, además, está muy repartida puesto que esos 24 futbolistas guipuzcoanos provienen de 14 municipios diferentes. Donostia es quien más aporta con ocho potrillos (Merino, Guibelalde, Astigarraga, Jakes y Gorka Gorosabel, Eceizabarrena, Dadie y Soroeta), pero también han dejado huella en el actual Sanse potrillos nacidos más allá de la capital. Tienen representación Hernani (Fraga), Anoeta (Balda), Antzuola (Peru Rodríguez), Elgoibar (Beitia), Getaria (Mikel Rodríguez), Oiartzun (Orobengoa), Astigarraga (Mariezkurrena), Errenteria (Eder García y Carrera), Zarautz (Arana y Garro), Zizurkil (Agote), Lasarte (Astiazaran y Jon Martín), Alegia (Ropero) y Bergara (Cabo).
Este éxito es imposible de entender sin los clubes convenidos que tiene la Real repartidos por todo el territorio. Gipuzkoa siempre será un vivero de talento, pero ese talento hay que trabajarlo desde bien pequeño, darle forma, alimentarlo y no solo en el aspecto futbolístico. Jokin Aperribay se refirió en una entrevista con este periódico sobre la posibilidad de crear una escuela de fútbol para edades todavía más tempranas.
«La Real puede tener escuela de fútbol y tomar decisiones que nos lleven a atraer el talento joven en una etapa anterior. Hasta ahora captábamos a los 12 años y había padres que tomaban una decisión con 10 o 11 años con sus hijos. Ahora puede pasar que los hagan con 9 años. Nos gustaría que el fútbol guipuzcoano fuese comprensivo con una necesidad que puede tener la Real y que los padres confiasen en el club. Si hemos creado el 'gazte' y un día creamos una escuela de fútbol será con muchísima calidad y pensando en el desarrollo y la formación de los más jóvenes. No por buscar competición a corto plazo», declaró el debarra que, junto a Roberto Olabe y ahora también Erik Bretos, han terminado de construir un modelo único, irrepetible y envidia de muchos.
Buscar talento fuera
Sin embargo, en un fútbol también globalizado la Real detectó desde hace tiempo que para seguir mejorando y encontrando talento también debía ampliar sus fronteras. Ahí están los equipos convenidos que no forman parte del territorio guipuzcoano pero que siguen alimentando Zubieta de jóvenes promesas que sueñan con llegar al primer equipo algún día. Éxito también es conseguir que jóvenes que no sean guipuzcoanos se sientan como tal y que defiendan la Real como si fuesen realistas desde txikis. «La Real es un sentimiento grande y la gente de casa me lo transmite a diario. Yo estoy encantado porque me han acogido como si fuese uno más. Es un club muy familiar y yo soy así también. Los compañeros me lo han puesto muy fácil», declara a la web del club Tommy Carbonell, centrocampista barcelonés llegado el pasado verano del Badalona y una de las estrellas del filial.
Con algo más de 728.000 habitantes, no hay un modelo igual en ningún equipo del mundo
Al igual que Carbonell, hay otros futbolistas del Sanse que también tienen ese sentimiento de pertenencia y que sueñan con alcanzar el primer equipo. Goti apunta a hacerlo este mismo verano después de llegar a Zubieta en junio de 2023 desde el Athletic. Tras no renovar con el club rojiblanco, el mediapunta de Gorliz ha encontrado su casa y donde poder evolucionar como futbolista. Iñaki Rupérez, otra de las sensaciones de la temporada, aterrizó en Donostia desde Antsoain como otra de las perlas de la cantera como es Alex Marchal. El lateral vino libre del División de Honor de Osasuna mientras que el joven extremo era cadete en la Txantrea. Hay que seguir muy de cerca la evolución de estos dos futbolistas puesto que su rendimiento ha sido sobresaliente. Llaman a la puerta del primer equipo. El grupo de jóvenes emergentes que no son guipuzcoanos lo cierra Dani Díaz, protagonista el pasado lunes en el pase a la final en el europeo sub-19. Nacido en Torrelavega, fichó por la Real en junio de 2020. Muchos de ellos son canteranos de sus clubes anteriores, aunque la UEFA recoge que se puede considerar canterano a «aquel futbolista que ha pertenecido a cualquier categoría del club tres años entre los 15 y los 21 años», requisito que cumplen la mayoría de ellos. Goti, por ejemplo, sí que quedaría fuera puesto que la próxima temporada cumplirá su tercer año en la Real pero ya tiene 23 años.
De Irun y Donostia
Si los guipuzcoanos son mayoría en la plantilla del Sanse algo similar ha ocurrido en el staff técnico del filial no solo durante la pasada temporada, también durante los últimos años. Si bien en Zubieta hay trabajadores de muchos lugares, el territorio sigue siendo capital para formar futbolistas en la Real. Sergio, entrenador del filial hasta que Imanol decidiera no renovar, es natural de Irun y ha realizado toda su formación en Gipuzkoa. Más de lo mismo con su sucesor, Iosu Rivas, que ha conseguido el ascenso con el Sanse y acompañará a Sergio como segundo entrenador del primer equipo siendo donostiarra.
También ha dado el salto a los banquillos el usurbildarra Imanol Agirretxe, segundo entrenador del filial que ha echado una mano a Rivas y que formará tándem con Ansotegi, éste último de Berriatua (Bizkaia). En definitiva, Gipuzkoa es una fábrica de talentos tanto en futbolistas como en técnicos del fútbol siendo Zubieta envidia de muchos clubes europeos que tratan de imitar sin éxito un modelo único.
Once guipuzcoanos, además de Imanol y Labaka, han compuesto el primer equipo el pasado curso
Que un guipuzcoano alcance el primer equipo solo puede ser motivo de satisfacción para todas las personas que trabajan en Zubieta. Que un canterano de casa consiga dorsal y represente a la Real es un sueño cumplido para todos ellos. Si el Sanse está compuesto en su mayoría por jugadores del territorio, ese dato desciende ligeramente en el primer equipo, aunque siendo la Real un club que pelea por Europa durante el último lustro tiene muchísimo mérito y no siempre se le otorga el valor que merece.
La pasada temporada tuvieron dorsal del primer equipo nada más y nada menos que once futbolistas nacidos en Gipuzkoa. Donostia vuelve a ser el municipio con más jugadores con Odriozola, Zubimendi, Barrenetxea y Olasagasti, seguido de Eibar y Beasain, que aportan a Oyarzabal y Magunazelaia –completó su temporada cedido en el Córdoba a partir de enero– y a Aritz y Turrientes. Azkoitia (Zubeldia), Azpeitia (Marrero) y Lasarte (Jon Martín) también tienen representación en la primera plantilla realista.
Al igual que en el Sanse, ocurría lo mismo en el banquillo de la Real. Imanol, de Orio, y Labaka, de Azpeitia, también han vuelto a demostrar que Gipuzkoa es una fábrica de entrenadores de élite. El resto de guipuzcoanos que consiguen éxitos por el mundo no hace más que refrendar este argumento. Otro nutrido grupo de técnicos del pasado y futuro staff es de casa. Aleman, Peñagarikano, Natalia Ibáñez y Gorka Larrea son donostiarras mientras que el jubilado doctor Barrera es nacido en Deba.
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