La Real cumple una máxima en el fútbol: cada vez que sobresale un jugador, se le empieza a vincular con un club grande. Que si ... tal equipo necesita un pivote, que si el entorno de nosequién quiere dar un salto de calidad, que si tal extremo no puede dejar pasar una oportunidad... El club blanquiazul no es ajeno a todo esto y como lleva ya cuatro años haciendo muy bien las cosas con tres clasificaciones europeas, un título de Copa y un gran nivel en los jugadores formados en Zubieta, está acostumbrado a estas cosas.
El último capítulo de todo esto tiene como protagonista a Martin Zubimendi. Que interesa al Barça. Claro. Es que Martin es muy bueno. Tiene 22 años y es el pivote titular de uno de los mejores equipos de la Liga. Seguro que le gusta al Barça y a otro puñado de equipos. Pero para eso está la cláusula, para proteger al equipo con menos recursos del de mayor potencial. En contraprestación por un hipotético fichaje estaría una suculenta cantidad económica que en el caso del mediocentro de Gros alcanza los 60 millones de euros.
No sé si Zubimendi acabará en el Barça. No tengo una bola de cristal. Sí sé que en la Real hay absoluta tranquilidad con los rumores. Otros jugadores –Illarramendi, Xabi Alonso, Griezmann...– decidieron emprender nuevos retos en equipos varios peldaños por encima de la Real y si el donostiarra decide seguir esos pasos no pasará nada, amén de una profunda pena por perder un jugador de sus cualidades.
Lo que no va a pasar es que la Real lo regale a un precio mucho más bajo porque es el Barça quien lo quiere fichar. Desde la capital condal ya se mandan misivas de que cómo va a pedir la Real el total de la cláusula, que si va a ir al Barça con los ojos cerrados y cosas así para crear la habitual presión. Pues nada, primero que vaya Laporta a Arzak, pida el menú más caro, se ponga hasta arriba y pague con cincuenta euros.
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