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Osasuna hubiera deseado que el partido terminara en el minuto 3. La Real concedió un gol impropio y lo pagó caro porque tuvo que asediar ... la puerta del cuadro rojillo. Para ello Imanol recurrió a algo tan clásico como un libro. Uno de Thomas Cleary: 'El arte de la guerra japonés'. Con un protagonista claro, Takefusa Kubo.
El pueblo nipón está tan impregnado del modo de ser del guerrero, que parte de la mentalidad y de los comportamientos derivados de esta actitud ante la vida ha permanecido imbuida en su conciencia individual y colectiva hasta tal punto que hoy no puede entenderse el desarrollo de Japón si no se comprende 'el arte de la guerra'. Por eso se ven tantas camisetas con el '14' a la espalda.
Después del tanto de Sadiq, otro golazo del nigeriano, la Real fió toda su suerte al carril derecho con un zurdo. Porque todas o casi todas las acciones de ataque tuvieron a Kubo como protagonista. Tal es así que Tierney se desgañitaba pidiendo un cambio de orientación, ya que la defensa de Osasuna basculaba solo hacia su izquierda para tapar al samurai realista y el escocés se encontraba solo.
El gol no llegó, ya que no hubo ocasiones meridianamente claras. Faltó la pólvora al asedio blanquiazul. Herrera tenía el apoyo de los Indar Gorri, incansables en su aliento para los suyos. Sobretodo cuando las ocasiones en las que el cuadro navarro pasó de medio campo se contaron con los dedos de una oreja.
Quizá por ello, Herrera casi sale a hombros. Si la semana pasada Sadiq hizo el gol de la liga, ayer el cancerbero osasunista realizó la parada de lo que llevamos de campeonato. Mejor dicho, una doble parada a tirazo de Kubo y el posterior rechace donde el cabezazo de Merino parecía que llevaba marchamo de gol. Pero el portero de Miranda de Ebro sacó una manopla milagrosa. La katana de Kubo seguía afilada pero no terminaba de cortar. La Real atacaba por oleadas, como se hace en el rugby. Osasuna sacaba el balón, cortaba la Real y nuevamente volcaba el balón por la izquierda para que el nipón encontrara algo. Pero no hubo resquicio en la fortaleza rojilla que aguantó todas las cargas de la caballería realista.
Años atrás un punto fuera era abrazado. Puede que a día de hoy parezca poco porque ganaron Girona y Athletic y sacan dos puntos más. André Silva apareció mucho tiempo después y Tierney estuvo más que correcto tras una gran inactividad. Solo queda que lo de Barrenetxea no sea nada. Esto es el arte de la guerra futbolística.
Volvimos a ver de corto al portugués mucho tiempo después aunque fueran unos pocos minutos.
Los gestos de dolor de Barrene encendieron las alarmas que esperemos se apaguen hoy.
Lo intentaron los guipuzcoanos por tierra, mar y aire. Con un 72% de posesión no fue posible.
Cumplió su partido número 100 con la Real en Primera y lo hace en un gran estado de forma.
No paran los partidos entre semana y el siguiente desafío en Copa, lleva a la Real a las Baleares.
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