El disgusto tras el increíble empate cedido el sábado ante el Betis perdura, como evidenció Imanol en su rueda de prensa, inusualmente dura y en la que esta vez lanzó algunos dardos a los jugadores por no saber aguantar el resultado. El técnico, habitualmente protector con sus futbolistas, dio un aldabonazo y pidió «malicia», aunque quizás lo que más se echó en falta en los fatídicos cinco minutos del sábado fue concentración.
Real y Betis vuelven a verse las caras esta noche en el Villamarín, esta vez en el torneo del KO. La Copa de este año, con una final ya asegurada, la correspondiente al curso pasado, corría el riesgo de ser considerada el 'patito feo' frente a la Liga, el pan y la mantequilla que diría Toshack, y la siempre atractiva Europa League, con el retorno al Teatro de los Sueños. Pero la temprana eliminación copera de dos de los tres grandes favoritos, Atlético Madrid y Real Madrid, ha vuelto a ponernos los dientes largos pese a que el fin de semana asoma un partido importante en clave Champions ante el Villarreal, de nuevo, junto al Sevilla, principal rival en la carrera por la cuarta plaza.
Difícil dilema para un Imanol al que el cuerpo le pide seguro guerra esta noche y que espera una reacción con la vuelta de tuerca de su comparecencia de ayer. No todo puede depender, efectivamente, de que Merino y Oyarzabal lo jueguen absolutamente todo. Eso sí, el técnico debe acertar en el difícil arte de la rotación. Al menos ahora tenemos el refuerzo del ilusionante Carlos Fernández y ojalá algún día se atreva a probar al central del Sanse Urko González de Zárate, una vez que parece que no va a haber fichajes en esa demarcación. Y es que en este maratón hay que saber dosificar con la herramienta de los cinco cambios, aunque uno se alegra de no estar en la piel de Imanol, obligado a lograr una especie de cuadratura del círculo.