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El futuro empieza hoy y no mañana. Lo dijo el papa Juan Pablo II. De tanto diseñar una plantilla competitiva para las próximas temporadas, quizá ... la Real haya olvidado que el fútbol no espera y que se juega hoy. En concreto, hace dos días, dentro de dos, el domingo en El Sadar y el jueves que viene en Copa. Maldito presente, que ha llevado a la Real a una situación insólita en este último lustro de azúcar y cohetes: entregar la cuchara durante un partido, borrarse hasta ser zarandeada por el rival en 15 minutos en los que le meten tres goles, como en Roma o ante el Getafe. Se puede perder como en Valencia, aunque sea contra el colista, compitiendo hasta el final, pero enarbolar la bandera blanca e irse del partido cuando todavía se está jugando no debería casar con lucir la camiseta txuri-urdin con el escudo del balón coronado. Y menos contra el Getafe, con 0-1 y tiempo para remontar y ante 30.000 almas esperando mucho más en la grada. El cansancio no puede ser una excusa. Muchos señalan al entrenador. O al fichador. Pero por lo menos esta vez los máximos responsables son los jugadores.
Resulta curioso que en medio de esta tormenta provocada por la semana 'horribilis' de la Real seamos testigos de un nuevo episodio del cierto distanciamiento de Imanol con el saliente director de fútbol Olabe y el propio Aperribay, al que le encanta hablar de ambición y títulos. Una especie de intercambio de mensajes que revela que quizá no funcione la comunicación interna. El técnico, que es quien mejor conoce el potencial de los suyos, habla de una plantilla para el futuro y de algo más preocupante, «un equipo sin hacer». Y lo que tenía que ser esta Real es un equipo hecho, ya que, pese a perder a Merino y Le Normand, mantiene el bloque que le ha hecho grande -Remiro, Zubimendi, Kubo, Oyarzabal, Brais, Zubeldia, Barrene…-.
«Se ha apostado por futuro, todos éramos conscientes de lo que podía pasar y ahora nos entran las prisas», dijo un Imanol que citó, con toda la carga intencional del mundo, los nombres de Merino, Monreal y Silva, futbolistas de primer orden, veteranos y curtidos en mil batallas fichados en el pasado. Ellos eran hoy, no mañana. Y ganaron la Copa. El oriotarra, que en verano confesó que había pedido refuerzos 'para todas las posiciones', sostiene ahora que no los va a solicitar porque le parecería «injusto» para con su plantilla actual, que sería como dudar de ella. No obstante, fichar buenos jugadores -algo que no es fácil en enero-, que rindan desde el minuto 1, sería ayudar a los que están, hacerles mejores. Y es evidente que hay carencias en ataque -la cifra de 17 goles en 21 encuentros de Liga es devastadora- y en el aspecto físico. La Real está muy enferma de gol y necesita una cura inmediata. Y su juego comienza a toser. Presenta síntomas.
Con todo y con eso, la Real todavía disfruta de una situación envidiable para todos los equipos salvo los tres monstruos. Cerca de Europa en Liga, se jugará el pase a semifinales de Copa a partido único en casa ante Osasuna, con el billete a la siguiente fase de la Europa League ya en la mano y una semana entera, hasta las 23.59 horas del próximo lunes, con el mercado abierto y la posibilidad de fichar realidades de hoy y no de mañana para lo que resta de curso, que puede ser mucho.
Sí, el futuro es hoy, porque para cuando mañana funcionen los fichajes de ayer, quizá los cracks del presente hayan volado a otras latitudes.
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