Falta el enganche
La Real necesita un 'lifting' similar al de 2019, ante otra campaña no europea y Goti sueña con ser 'el Odegaard'
Andan los 'realzales' ávidos de estímulos en un verano que está resultando largo y lánguido en cuanto a novedades. Tras los últimos compases, de auténtica ... pesadilla, de la pasada campaña, el realista medio ansía agarrarse a cualquier resorte o clavo ardiendo para subirse de nuevo al tren de la ilusión con su equipo. Lo más gratificante es saber que 'calentarse' de nuevo con la Real suele resultar tan sencillo como sucumbir al desánimo. Basta con que impacte la identidad de un fichaje, con que Kubo diga que quiera obtener un título con la Real o, simplemente, con que la nueva camiseta -sobre todo la segunda, más expuesta a la división de opiniones- sea bonita. Este verano tan caluroso e informativamente plano, que además comenzará con la marcha de Zubimendi al Arsenal, está impidiendo que nos subamos a ese tren del positivismo y sigamos, como desde el ya lejano partido de Copa en el Bernabéu, en esta estación llamada desesperanza, en el andén de la melancolía.
Hace falta un enganche porque el personal se está aplatanando. Un buen refuerzo. Un delantero contrastado que asegure goles. Un extremo con desborde. Un medio 'box to box' real para el centro del campo, no como la farsa que resultó el tal Mariga, todo siendo conscientes de que el hecho de quedarse fuera de Europa envía a la Real a unos puestos mucho más retrasados en el orden de preferencia de los futbolistas fichables. Pero no todo está perdido. El club estaba en una situación similar en 2019, con un entrenador 'nuevo' como era Imanol Alguacil, tras un curso mediocre y ante una campaña en la que no iba a participar en Europa. Se habían marchado refuerzos que no habían sido tales, fichajes que no habían rendido -algo que no se puede permitir la Real- y el club txuri-urdin tuvo la lucidez de fichar nada menos que a Remiro, Monreal, Odegaard, Isak y Portu. Y todos por menos de 20 millones. Ese curso llegó a deslumbrar por momentos con su fútbol, aspiró a jugar en Champions hasta que llegó el maldito coronavirus y se clasificó para la final de Copa del Rey.
Ese año la Real tenía en sus filas a Isak, ariete de referencia en Europa al que el Liverpool puede fichar ahora por más de 120 millones de euros, Merino, campeón de Europa con España y goleador con el Arsenal, Odegaard, estrella de los 'gunners', Zubimendi, metrónomo de la selección, Remiro, rey de las puertas a cero de LaLiga desde entonces, Monreal, Le Normand, Oyarzabal... Equipazo.
Falta el enganche de los fichajes y otro enganche, un futbolista que sirva de correa de transmisión entre el centro del campo y la delantera. Odegaard y Silva dejaron el listón demasiado alto. Brais brilló con su pegada en sus dos primeros cursos y ahora Goti sueña con ser el que encarne esa figura y engrase el juego ofensivo. Tiene capacidad.
Todo llegará. Esto es la Real.
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