Motivos para creer desde la autocrítica
La Real sigue siendo un conjunto con potencial creativo y aunque no llegue a un gol por partido en el último mes, por qué no va a ganar en San Mamés
Una corriente pesimista se ha instaurado en los últimos días en el entorno de la Real. La crítica, el titular grueso, dice que la Real ... es previsible y le cuesta un mundo marcar. Ni siquiera es capaz de golear a equipos como el Buñol, el Andratx o el Málaga. El equipo que no hace tanto bordaba el fútbol, ahora está falto de ideas, con un punto de ansiedad porque necesita generar mucho para marcar poco. Cuatro empates en los últimos seis partidos, un juego con menos rock and roll y un descenso alarmante en el número de goles realizados, dos en los últimos cinco partidos, tienen la culpa. El discurso poco autocrítico de Imanol en los últimos tiempos tampoco ayuda porque empieza a ver cosas que el resto no vemos.
A favor de quienes ven la botella medio llena, la Real no pierde desde el 4 de noviembre (aquella noche ante el Barcelona hace la friolera de doce partidos) y apenas encaja (solo seis goles desde aquel 0-1 ante el Barcelona en Anoeta). Son unos números que más de un equipo quisiera habiendo jugado ante Benfica, Salzburgo e Inter en esa tacada de partidos.
Lo cierto es que pese a que la Real está viva en tres competiciones y ha competido como los ángeles cada vez que se ha enfrentado a rivales de pedigrí siendo una de las sensaciones de la fase de grupos de la Champions, la visita a San Mamés aparece como un incordio (no para todos los aficionados). No apetece medirse a un Athletic lanzado y ya se da por derrotada a la Real porque su juego ahora no es vibrante.
La Real no cae desde el 4 de noviembre y solo ha encajado seis goles en los últimos trece partidos
Qué quieren que les diga: nada nuevo bajo el sol porque este virus pesimista viene instalándose en las últimas temporada por estas mismas fechas cuando al equipo parece que se le han fundido los plomos y el horizonte se presenta gris. Solo nos vale caviar. Es a lo que nos ha malacostumbrado la Real.
Claro que supongo que Ernesto Valverde también está con la mosca detrás de la oreja. Ya puede estar haciendo una buena temporada el Athletic que perder el derbi marca, a él y al equipo. Ni que decir desde la final en La Cartuja. Ser entrenador de un equipo que se va a medir a la Real en los próximos días no debe ser fácil. ¿Cómo le juego? ¿Dónde le puedo hacer cosquillas? ¿Qué ritmo de partido es conveniente? ¿El dibujo? Supongo que las preguntas se les acumulan los días previos porque esta Real ha logrado ser el equipo de las mil caras. Imanol y sus ayudantes han hecho de la Real un equipo capaz de emplear varios dibujos diferentes, ya no solo a lo largo de la temporada sino durante los noventa minutos de juego y ello, claro, dificulta que el adversario pueda neutralizarle. Si hay que juntarse atrás y salir a la contra, se hace; si hay que jugar con espacios, no hay problema; si se trata de cambiar el paso para ganar una final, se hace... Y así un partido detrás de otro. Una de las diferencias de la madurez de este equipo es que, a diferencia de lo que sucedía antes, la Real tiene vida más allá del balón.
La Real tiene bajas importantes que van a obligar a Imanol a encontrar soluciones. La ausencias de Kubo, el más desequilibrante de la Real en lo que llevamos de temporada, y de Traoré, un valor fijo, las va a notar la Real y las notaría cualquier otro equipo, pero la Real ya supo moldear un nuevo esquema, un rombo, cuando se lesionó Oyarzabal, y lo mismo hizo cuando cayó Silva, apostando por un juego mas directo.
Pese a no estar fina, la Real sigue siendo un equipo que concede poco al rival, no encaja mucho y ha dado su mejor nivel cuando se ha visto exigida. ¿Por qué no?
Este equipo sigue siendo un conjunto con potencial creativo y aunque no llegue a un gol por partido en el último mes, quién dice que no puede ganar en San Mamés. Incluso en esta situación de supuesta debilidad, la Real va a tener su momento.
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