Alexander Isak y Alexander Sorloth: la conexión escandinava, cerca de volver

Solo han coincidido sobre el césped en el encuentro disputado contra el Sevilla el 19 de septiembre en el Reale Arena, sentando un precedente ilusionante. Imanol apostó aquel día por dejar al sueco y al noruego arriba, tapando la salida de balón rival y ofreciendo alternativas variadas en el ataque, con dos piezas hábiles en el ataque de espacios y con artillería doble para la finalización. El propio técnico avanzó días antes que los dos atacantes podrían jugar juntos sin problemas. Isak se lesionó aquel día en el minuto 39 y la posibilidad saltó por los aires. Hasta hoy.

Los dos afrontan la segunda parte de la semana en momentos diferentes. Isak ha despejado dudas con sus participaciones con la selección y tras disfrutar hoy de una jornada de descanso, se sumará mañana al trabajo con sus compañeros para ultimar la preparación del partido contra el Mallorca, donde se espera que sea la principal referencia ofensiva de la Real.

En lo que se refiere a Sorloth, esta semana aún no ha entrenado con el grupo, ni se espera que lo haga hoy. Pero hace tiempo que no comparecer en la sesión ordinaria dejó de significar estar lesionado, entendiendo como tal estar impedido. El cuerpo técnico ha diseñado programas de trabajo que permiten a un futbolista alcanzar un buen momento de forma al margen de los entrenamientos del grupo. Así se explica que haya jugadores que no necesitan sumar muchos días con el resto para estar disponibles. Sorloth podría ser el próximo ejemplo. Forzado a estar separado de los compañeros mientras se va recuperando de su dolencia en el muslo derecho, el noruego ha ido apretando progresivamente hasta alcanzar un buen tono físico, protegido de los choques e impactos bruscos a los que se sometían los demás. De esta manera, pese a no haber entrado en las sesiones dirigidas por Imanol, no está descartado para ser convocado este mismo sábado.

Si bien estar disponible y tener opciones reales de jugar de inicio no tienen por qué significar lo mismo, la presencia del grandullón noruego en la lista abriría la puerta a un escenario en el que la conexión escandinava pudiera resurgir en función de las necesidades del equipo. Esta sociedad ha generado ilusión en el aficionado realista y evoca –las comparaciones son odiosas– aquella otra en la que Martin Odegaard constituía la parte noruega.

En los 178 minutos que Sorloth ha disputado hasta el momento ha lucido cualidades y potencialidades complementarias a las de Isak, descubriendo una alternativa viable para el ataque del equipo. Con un dibujo de dos puntas o situando al noruego en la tercera altura del centro del campo, la coincidencia de los dos atacantes se presume factible.

El ciclo de siete partidos que se avecina en las tres próximas semanas servirá para verificar si la química nórdica resulta efectiva. La necesidad de gestionar todos los recursos disponibles ante semejante carga de competición otorga a los dos muchas opciones de protagonismo. Queda por ver si a la vez o por separado.

Isak y Sorloth no solo hablan el mismo idioma en su vida cotidiana. También lo hacen sobre el campo, con su verticalidad y constante búsqueda de la portería rival. Falta dejarles juntos para ver en lo que fructifica su diálogo, hasta el momento reducido a 39 minutos sin goles pero con buenas sensaciones. Ni siquiera han coincidido en los entrenamientos en el último mes. Mañana podría ser su primer día. Tiempo tienen por delante. Imanol dirá.