El PP y sus wHatsapps
El foco ·
Lo que mal empieza mal acaba. Si ya resultó sorprendente la manera con la que tanto PSOE como PP se mostraron ufanos la pasada semana ... por repartirse los asientos del pleno del Consejo del Poder Judicial días después de la polémica resolución del Supremo que eximía a los bancos de los impuestos de las hipotecas, no menos sonrojante resultó comprobar cómo los dos partidos -ahora se acusan mutuamente de la filtración- no tuvieron el menor empacho de anunciar a los cuatro vientos que el presidente del máximo órgano judicial y del Tribunal Supremo iba a ser el conservador Manuel Marchena -en teoría encargado del juicio del procés-, sin que una vez más los jueces hubieran participado en la elección del candidato. Todo un despropósito que cuestionaba su independencia judicial. El acuerdo que materializaron los dos partidos mayoritarios del Congreso con la mirada despistada hacia otro lado de Podemos - cuyos líderes volvían a contradecirse de sus propias palabras con sus hechos- fue difícilmente digerido por la opinión pública.
Pero la gota que ha colmado la paciencia del propio juez Marchena, que ayer renunció al cargo en una acertada decisión, fue el vergonzoso whatsapp que envió el portavoz del grupo del PP del Senado, Ignacio Cosidó, a sus 145 compañeros de bancada en la Cámara alta desvelando perversas intenciones al asegurar que su partido iba a controlar «desde atrás» la Sala Segunda del Tribunal Supremo, la que se encargará de enjuiciar a los presos catalanes. La posición de Cosidó, que también está en el foco de las sospechas por el frente de los pagos con fondos reservados al chófer de Bárcenas, resulta más que incómoda para el propio senador y también para Casado, que utilizó un juego de palabras escapista para desautorizar el mensaje de móvil, pero en esta ocasión salvó a su mensajero. Habrá que ver por cuánto tiempo.
El PP vuelve a caer en las movedizas arenas de los mensajes telefónicos, que al final saltan a la luz. En su día fue el 'Luis sé fuerte' que Mariano Rajoy envió a su tesorero Luis Bárcenas. Ahora, el que fue entonces jefe de la Policía de aquel Gobierno del PP desata con su mensaje una de las crisis judiciales más intensas de la judicatura española. Y aún no se han asumido responsabilidades.
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