Urkullu cuenta con el respaldo de la UE para exigir a Francia que cumpla los plazos del TAV
Se reúne el lunes en Ajuria Enea con los presidentes de Galicia, Asturias y Cantabria para formar un frente que exija a Macron que revoque el retraso de las obras
La decisión del Gobierno de Emmanuel Macron de retrasar ¡hasta 2042! la llegada del tren de alta velocidad a Hendaia ha enfadado en extremo ... al Ejecutivo de Iñigo Urkullu. La medida ha caído como un jarro de agua fría, máxime después de que el Gobierno galo se comprometiera en enero con el Ministerio de Transportes, tras la cumbre hispano-gala de Barcelona, a que las obras ferroviarias estarían terminadas en 2030.
La respuesta del lehendakari ha sido inmediata, convocando el lunes en Ajuria Enea a los presidentes de Galicia, Asturias y Cantabria con el objetivo de crear un frente común de las comunidades del Cantábrico para exigir al país vecino que cumpla con los plazos comprometidos.
En este envite Urkullu se ha encontrado de forma sorpresiva con el mejor aliado: la UE. El portavoz de Transportes del Ejecutivo comunitario, Adalbert Jahnz, anunció este viernes que la Comisión Europea pedirá explicaciones por el retraso. «Es un asunto que seguimos con mucha atención, de hecho hemos previsto contactos a nivel técnico con las autoridades francesas en las próximas semanas para aclarar algunos asuntos», indicó al ser preguntado en rueda de prensa por la intención de París de postergar el tramo Burdeos-Dax que conectará con la 'Y' vasca. La revisión de plazos tampoco ha sentado bien en Moncloa. Pedro Sánchez expresó a finales de febrero en el Congreso a preguntas del PNV su sorpresa e instó al Elíseo a acelerar las obras.
Las cuatro comunidades quieren hacer un frente común para no quedar fuera de las redes pujantes
El retraso ha soliviantado al lehendakari porque supone que a la extrema lentitud de las obras de conexión con Madrid se suma la evidencia de que Francia apuesta por el eje Mediterráneo postergando una vez más el corredor Atlántico. Un sopapo inesperado si tenemos en cuenta que el acuerdo bilateral de Barcelona trataba de dar cumplimiento a las directrices de Bruselas que considera el trazado Madrid-Vitoria-Dax-París como «estratégico», es decir, lo sitúa en la misma categoría que el eje Mediterráneo.
Francia, sin embargo, días después de la cumbre dio por su cuenta y riesgo un giro a este guión argumentando problemas presupuestarios y técnicos, como el ancho de vía diferente en España y Francia. Lo cierto es que este aplazamiento permitirá al Gobierno galo centrarse en sus comunicaciones internas y en el recorrido hacia el Mediterráneo.
Cabe recordar que en la misma cumbre de Barcelona donde el ministro de Transportes del Gobierno de Francia, Clément Beaune, anunció el compromiso con la conexión Atlántica, a la postre incumplida, se anunció que las primeras obras a ejecutar serían los 150 kilómetros del TAV entre Montpellier, Perpignan y Figueres, proyecto que se mantiene sin variaciones.
La decisión pone también sobre la mesa una realidad evidente, el hecho de que el peso económico de España bascula cada vez más hacia el levante y, en consecuencia, el país vecino prioriza sus conexiones con esta zona. Baste recordar que, pese a los esfuerzos que realiza Euskadi por sumarse a la revolución del vehículo eléctrico, la realidad es que las grandes inversiones se localizan en las comunidades mediterráneas. Por ejemplo, Volkswagen destinará la friolera de 4.500 millones de euros para levantar una fábrica de baterías en Sagunto, una enorme inversión que servirá de catalizador para otras de similar magnitud. El puerto de esa localidad recibirá a su vez 86 millones de euros para ampliar su capacidad, porque el de Valencia no da abasto.
Automoción
El Gobierno Vasco, consciente de que Euskadi puede quedar orillada del giro copernicano que afecta, por ejemplo, a la industria de la automoción, ha decidido mover ficha y buscar aliados. Y los ha encontrado. Urkullu recibirá el lunes en Ajuria Enea por primera vez a los presidentes de Galicia, Asturias y Cantabria con el objetivo de hacer piña para denunciar el aislamiento ferroviario de las comunidades del Cantábrico con Francia.
Aplaza el compromiso con el corredor ferroviario Atlántico y apuesta por el del Mediterráneo
Así lo anunció la semana pasada el portavoz del Gobierno Vasco, Bingen Zupiria, al explicitar que las comunidades del Estado situadas en la vertiente atlántica, los departamentos vecinos franceses y las zonas del norte de Portugal comparten la misma preocupación por mejorar las conexiones para no quedar descolgadas de las rutas principales.
La estrategia vasca es clara. El Ejecutivo de Urkullu sabe que por sí solo carece de fuerza para influir en las decisiones paneuropeas en las que se enmarcan las grandes redes de transporte, por eso quiere sumar a otras regiones. Ahí se enmarca que ejerza de anfitrión en Vitoria de los presidentes Alfonso Rueda (Galicia), Adrián Barbón (Asturias) y Miguel Ángel Revilla (Cantabria). Con lo que no contaba Urkullu es que en el camino iba a encontrarse, aunque haya sido de manera indirecta, con el apoyo de la UE.
El portavoz de Transportes anunció este viernes que la Comisión Europea pedirá explicaciones a Francia
El envite es de vital importancia. No hay que olvidar que el empuje industrial vasco del siglo XX se asentó en gran parte en el movimiento de mercancías que permitió la puesta en marcha del ferrocarril Madrid-Irun. La Diputación guipuzcoana apostó por este proyecto compitiendo duramente con Navarra, que pretendía que llegara a Pamplona para cruzar el Pirineo por los Alduides. Ahora, ya bien entrado el siglo XXI, el ferrocarril sigue circulando por aquél mismo recorrido de hace más de cien años, mientras España se ha convertido en el Estado de la UE con más kilómetros de alta velocidad.
Este inédito movimiento de Urkullu en busca de complicidad se une a otros que viene realizando desde hace años en el marco de la Eurorregión que engloba a Nueva Aquitania, Euskadi y Navarra; así como en la Comunidad de los Pirineos, que acoge a las anteriores y a Cataluña, Aragón, Andorra y Occitania. Esta entidad la presidirá el lehendakari hasta 2024. Además, Urkullu ha convocado el 22 de marzo en el Euskalduna a diecisiete territorios europeos, como Flandes o Córcega, para avanzar en una mayor participación en la UE.
La reunión del lunes no se limitará a abordar los problemas de las conexiones ferroviarias con Francia. Los cuatro presidentes también analizarán otros retos, como la transición a una economía descarbonizada y las oportunidades económicas que ofrece. De hecho en la última asamblea de la Eurorregión, celebrada en enero, se trató sobre la necesidad de colaborar para enfrentarse a los desafíos derivados de la transición energética. Y es que Euskadi quiere sumar a Francia en el desarrollo de un corredor transfronterizo atlántico del hidrógeno verde. El País Vasco está apostando fuerte por esta fuente de energía a través del Corredor Vasco del Hidrógeno, un proyecto en el que participan Nortegas junto a varias empresas y centros de investigación. Entre las firmas que forman parte del proyecto se encuentra Petronor, así como las guipuzcoanas Erreka, Fastening Solutions, Orkli, ABC Compresores y Tecnalia. La iniciativa forma parte del programa Hazitec del Gobierno Vasco.
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