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Unai Sordo, el jueves tras la reunión que mantuvo con Pedro Sánchez en la Moncloa. EFE
Unai Sordo: «La izquierda cometerá una temeridad si PSOE y Podemos fuerzan unas nuevas elecciones»

Unai Sordo: «La izquierda cometerá una temeridad si PSOE y Podemos fuerzan unas nuevas elecciones»

Secretario general de CC OO ·

«Lo que hace falta es altura de miras y seriedad. Que Sánchez e Iglesias se sienten con discreción en una mesa y no hagan un 'show' de la negociación»

Ainhoa Muñoz

SAN SEBASTIÁN.

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Sábado, 10 de agosto 2019, 08:11

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Unai Sordo lamenta, tras la reunión que mantuvo con Pedro Sánchez el pasado jueves en la Moncloa, que PSOE y Unidas Podemos sigan lamentándose por el fracaso de la investidura en vez de centrarse hoy en alcanzar un acuerdo. Por eso, el secretario general de CC OO urge a ambas formaciones a ponerse las pilas, a sentarse a hablar cuanto antes para pactar un programa «progresista» que derive en la conformación de un nuevo Gobierno «de izquierdas» y evitar así la repetición electoral.

-¿Con qué sensación salió tras reunirse con Pedro Sánchez?

-Con la impresión de que los partidos aún están lamiéndose las heridas del fracaso de la anterior investidura. Por eso creo que hace falta recomponer un escenario de negociación política entre PSOE y Unidas Podemos para tratar de llegar a un acuerdo antes del 23 de septiembre que permita una investidura y la conformación de un Gobierno y un programa progresista.

«Ahora mismo, la única opción viable es un Gobierno progresista y de izquierdas»

-¿Y cuál es el camino? ¿Acordar primero un programa de Gobierno antes de repartirse los sillones?

-Sí. Primero hay que empezar a hablar de acuerdo programático que permita la corrección de las desigualdades, la lucha contra la precariedad laboral y vital y, a partir de ahí, hilvanar cómo se configura el próximo Gobierno.

-¿Y usted tiene alguna preferencia? ¿Un Ejecutivo de coalición, de cooperación, a la portuguesa...?

-Nosotros nunca hemos entrado a definir cómo se tiene que conformar ese Gobierno, no es nuestra misión. Nos vale cualquier esquema que sirva para llevar adelante políticas que corrijan la desigualdad.

-¿Y hay margen de tiempo? El presidente ya ha dicho que presentará a finales de agosto a Pablo Iglesias una propuesta programática.

-Uno de los problemas de la anterior negociación es que dejaron discurrir los tiempos sin ton ni son. No habría que repetir los errores y empezar desde ya, mejor mañana que pasado, y hablar de programa, de políticas para una sociedad más igualitaria.

-¿En qué se debería sustentar ese programa?

-Habría que corregir la reforma laboral, la de pensiones, hablar de qué modelo fiscal queremos para este país, hablar de las prestaciones de desempleo, de políticas estratégicas en materias que tienen que ver con la digitalización, con la formación profesional, con la política industrial...

«Ya vale de que se miren al ombligo. Sánchez e Iglesias tendrán que cabalgar con sus desconfianzas»

-Son aspectos en los que ambos partidos tienen diferencias...

-Seguramente, si se llegara a un consenso mínimo en esas materias, quizás fuera luego más fácil definir cómo se va a ejecutar ese consenso mínimo. Y más vale que jueguen con tiempo porque luego van a tener que contar con más actores. Hay más de un mes para poder abordar de nuevo las cosas y, desde luego, lo que instamos a PSOE y Unidas Podemos es a retomar los contactos inmediatamente.

-¿Se les puede volver a echar el tiempo encima?

-Si siguen así, sí. Porque la vida es más que Twitter y lanzarse gracietas y dardos cruzados a través de las redes sociales. Lo que hace falta es altura de miras, seriedad, juntarse en una mesa de forma discreta y no hacer un 'show' de la negociación. Está en juego la precariedad vital de millones de personas y no tanto los dimes y diretes de dos partidos.

-¿Sánchez se mostró en la reunión dispuesto a alcanzar un acuerdo con la formación morada?

-Él es perfectamente consciente de que, más allá de las desconfianzas, tiene que abordar esa negociación. Y Unidas Podemos también lo sabe.

«Excesivo tacticismo»

-Da la sensación, sin embargo, de que hasta el momento ni Sánchez ni Iglesias han querido pactar.

-En general, ha habido un mal planteamiento de la negociación, excesivamente tacticista. Uno puede partir de posiciones de máximos, pero tiene que ceder, y para llegar a un consenso no se trata de poner al otro al borde del precipicio sino llegar a un mínimo común denominador. Otra opción creo que no se entendería.

-¿Usted entiende que Podemos rechazara la vicepresidencia y tres ministerios? ¿Tiene la sensación de que se ha perdido una oportunidad?

-Que se ha desperdiciado una oportunidad es evidente, pero a nosotros no nos concierne valorar si esa oportunidad era suficiente para Podemos o no. Nosotros nos limitamos a exigir al Gobierno, se configure como se configure, que tome medidas en beneficio de la mayoría social y de los trabajadores.

-Parece, sin embargo, que aquella última oferta de Sánchez ya no está sobre la mesa.

-Es un poco ingenuo pensar que cuando se rompe una negociación luego la retomas en el punto exacto donde se dejó. Pero tampoco es lógico pensar que la negociación tenga que iniciarse desde cero. No se pueden desechar los mimbres de lo que se venía negociando.

«Más vale que jueguen con tiempo. Deben retomar los contactos de inmediato; mejor mañana que pasado»

-¿La situación de estancamiento puede ser más una cuestión de egos?

-Seguramente algo afectarán los egos. Pero también tiene que ver con una falta de cultura política de la negociación en términos de gobiernos compartidos, de cooperación o de coalición.

-¿Qué vaticinio hace? ¿Cree que Sánchez e Iglesias serán capaces de confiar el uno en el otro?

-Esto de las confianzas es una subjetividad. Aquí no se viene a hacer amigos, se viene a generar políticas que favorezcan a las mayorías sociales. Y si se han generado desconfianzas, pues con sus desconfianzas tendrán que cabalgar. Hablamos de cosas muy serias. Ya vale de que los partidos se miren tanto el ombligo.

-Y si no, nuevas elecciones. ¿Es el peor escenario?

-Para mí sí. Sería una absoluta irresponsabilidad por parte de los partidos y creo que de una temeridad excesiva por parte de la izquierda. Espero que no nos veamos en esa.

-¿Qué riesgos se correrían?

-El riesgo de que al tripartito de derechas le dieran los números. Más aún cuando los tres partidos de la derecha están empecinados en una especie de carrera por ver quién plantea la opción más ultra. Esto es un riesgo y la izquierda cometería una temeridad si forzara la repetición de las elecciones. No me parece serio que el PSOE y Unidas Podemos vuelvan a mandatar al electorado lo que no son capaces de resolver como partidos. Es que me parece una irresponsabilidad supina.

-Sin embargo, hemos escuchado al presidente de la patronal CEOE, Antonio Garamendi, decir que la mejor opción para desatascar la situación es acudir de nuevo a las urnas...

-Antonio Garamendi y la CEOE son conscientes de que ahora mismo la única opción viable es un Gobierno progresista y de izquierdas.

-La patronal también ha insistido en alguna ocasión en que Sánchez busque un acuerdo con Cs.

-Pueden insistir en lo que quieran, pero no parece que Ciudadanos esté en esa tesitura. El partido de Albert Rivera está en una posición absolutamente incomprensible y de cierto gamberrismo político y, por tanto, no parece probable que ni el PP, ni Ciudadanos y mucho menos Vox facilite cualquier escenario que no sea ese acuerdo dentro de las izquierdas.

-¿Hasta qué punto está desgastando a la izquierda esta situación de parálisis?

-La está desgastando bastante porque hay una sensación de hartazgo en el electorado y de cierta desafección. Por eso hay que forzar hasta el final a los dos partidos a que lleguen a los acuerdos que tengan que llegar.

-¿Teme que el apoyo que Sánchez está buscando en los agentes sociales, como CC OO, sea utilizado como herramienta para presionar a Unidas Podemos?

-Que un presidente del Gobierno llame a los agentes sociales ante una coyuntura económica -muy preocupante, por cierto- y política como esta es de sentido común y hasta de sentido democrático por el papel que tenemos atribuido en la sociedad. Dicho esto, nosotros tampoco hemos nacido ayer ni nos hemos caído de un guindo. Sabemos que casi todo el mundo, cuando te llama en determinados momentos, es para avalar un relato y para 'instrumentalizar' tu posición. Otra cosa es que tú te dejes instrumentalizar, y no es el caso. Y por ser honestos y justos, Sánchez en ningún momento nos ha planteado nada ni que remotamente se le parezca a una presión sobre Podemos.

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