Juan José Álvarez: «Se ha producido una injerencia en la soberanía legislativa»
«Se ha prejuzgado de antemano sin resolver sobre el fondo, justificando así ni más ni menos que la paralización del recorrido legislativo»
Juanjo Álvarez considera que la responsabilidad del entuerto jurídico-político que padecemos se reparte entre el Gobierno, por emplear un procedimiento «forzado» y el PP, ... por poner «las costuras del sistema institucional al borde la ruptura».
– ¿Qué opinión le merece que el TC haya paralizado la reforma legislativa que precisamente desbloqueaba su renovación?
– Jurídicamente el elemento troncal de análisis es la concesión de la cautelarísima solicitada por el PP. Carecemos del texto de la resolución, pero supongo que la mayoría del pleno habrá sustentado su decisión ante la existencia de un recurso de amparo admitido a trámite por la vulneración de unos derechos de los parlamentarios que están en minoría y que entienden que el procedimiento afectaba a su derecho a deliberar y formular enmiendas. El TC ha considerado que no atender la medida cautelar causaría un perjuicio de imposible reparación porque la tramitación ya habría finalizado y no valdría que se les diera la razón después de acabada ésta.
– ¿Es una razón suficiente teniendo en cuenta la crisis que se veía venir?
– Habría que preguntarse si este es el único factor para la suspensión, porque la realidad es que estamos ante un choque institucional sin precedentes. Algo tan potente como paralizar un Parlamento requiere de un sustento de proporcionalidad y de legalidad. Se ha prejuzgado de antemano, sin resolver sobre el fondo, que podría haber una vulneración de los derechos de una minoría justificando así, ni más ni menos, que la paralización del recorrido legislativo.
– ¿Supone haber «secuestrado» al Senado, como critican algunas voces, porque el TC impide que se vote la reforma?
– La palabra secuestrar es muy fuerte. Digamos que se altera de manera brusca la actuación principal del Senado. Se le obliga a paralizar el trámite. Supone una injerencia en la soberanía legislativa por parte de un órgano judicial y eso es inédito en democracia. No es un secuestro, porque el Senado continuará con la tramitación del resto de aspectos de la ley, pero sí es una injerencia desproporcionada y no justificada en el proceso legislativo de la Cámara.
– ¿En este entuerto quién carga con mayor culpa, el Gobierno por propiciar una reforma exprés vía enmiendas o el PP por utilizar un TC que mantiene una mayoría conservadora porque lleva sin renovarse desde junio?
– Las culpas son compartidas. Unos han empleado un camino muy discutible, forzado y cuyo resultado final probablemente sea inconstitucional porque dentro de una Ley Orgánica mete otra. Ahora bien, la actuación de los recurrentes ha sido osada en términos democráticos y pone las costuras del sistema institucional al borde de la ruptura. Me pregunto si ellos ya sabían de antemano el resultado.
«Las leyes orgánicas del TC y del CGPJ se pueden comenzar a tramitar hoy mismo como proposición de ley»
– Quizá sí. La redacción de la ponencia de resolución del recurso recayó en Enrique Arnaldo, magistrado que llegó al TC precisamente de la mano del PP.
— Sí. Todo esto es triste. Parece un partido de fútbol, seis contra cinco. Todos los magistrados votan en bloque, los progresistas por un lado y los conservadores por otro. Esto es demoledor para la confianza en el sistema y repolitiliza todavía más al TC de una manera traumática.
«Se ha producido una ruptura de la confianza y una politización del TC que va a costar muchísimo restablecer »
– ¿Qué escenario se abre ahora tanto para la renovación del TC como del CGPJ? ¿Estamos abocados al bloqueo permanente?
– Existe la posibilidad de reiniciar el recorrido parlamentario de manera correcta. Por eso no está secuestrado el Parlamento. Una cosa es que nos parezca muy discutible la actuación del TC, pero está abierta la puerta a resetear el camino. De hecho, la derogación del delito de sedición y la reforma de la malversación siguen adelante, no se ven afectadas por el auto. Las reformas de las leyes orgánicas del Constitucional y del CGPJ se pueden comenzar a tramitar hoy mismo como proposición de ley. Esta es una alternativa válida.
– El daño para la imagen de las instituciones es tremendo...
– Sí, se ha producido una ruptura de la confianza en términos interinstitucionales y una politización de lo que debiera ser un órgano de garantías que va costar muchísimo restablecer. Cuando derribas el edificio de la confianza institucional volver a levantarlo resulta complicado porque el suelo está contaminado. Y esta es la clave de bóveda de la democracia.
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