Guillermo Echenique | Subdelegado del Gobierno en Gipuzkoa
«Me voy satisfecho de haber logrado dar visibilidad al Estado en Gipuzkoa»«Trabajo en los estatutos de una asociación sobre la discriminación por razón de edad y, sin duda, seguiré siendo un socialista activo»
Guillermo Echenique deja hoy, el día de su 70 cumpleaños, el cargo de subdelegado del Gobierno central en Euskadi. El veterano socialista donostiarra e irunés, ... economista de profesión, culmina una dilatada trayectoria profesional y política en la que ha sido vicesecretario general del PSE de Gipuzkoa, teniente de diputado general y diputado foral de Economía, parlamentario vasco o secretario general de Acción Exterior del Gobierno Vasco de Patxi López, entre otras muchas cosas . «Me voy satisfecho de haber logrado dar visibilidad al Estado en Gipuzkoa», destaca.
–Culmina 45 años de trayectoria profesional y política.
–Así es. Yo me afilié a UGT en el año 80 y al Partido Socialista en el 82. Venía de Madrid, de la Complutense, eran años vibrantes, y al regresar a mi ciudad, a San Sebastián y a Irun, me parecía que tenía que hacer algo. Los que nos afiliábamos, lo que reclamábamos era la libertad, algo que no existió aquí hasta hace 12 años...
–¿Cuál ha sido el momento más grato de toda su trayectoria?
–El más importante y grato fue sin duda, cuando Patxi López fue lehendakari. Los que éramos jóvenes en los años 80, no entendíamos que pese a quedar el PSE como primer partido de Euskadi, acabáramos pactando con el PNV, con Ardanza como lehendakari. La llegada de López al Gobierno Vasco restituyó ese dolor que creo que teníamos casi todos los de aquella época.
–¿Los episodios más tristes e ingratos serán muchos relacionados con el azote del terrorismo?
–Claro, son muchos... Son todos. Cuando me afilié al Partido Socialista, lo hice para defender la democracia y combatir democráticamente la intolerancia. El primero que nos dejó absolutamente dolidos fue el asesinato de Enrique Casas, el 23 de febrero de 1984. Yo era concejal de Irun y recuerdo muy bien aquella tarde, cómo nos reunimos en cuanto nos llamaron, cómo vinimos a San Sebastián... Vino el presidente de Gobierno, Alfonso Guerra..., todo el Partido Socialista. Luego ha habido otros muchos hechos dolorosos, pero el que me dañó desde otro punto de vista, que jamás lograré comprender, es el asesinato de Fernando Buesa con aquella reacción del nacionalismo vasco y la doble manifestación de Vitoria, para mí absolutamente intolerable que convocó Ibarretxe. Ese momento fue durísimo. No se me olvidará nunca.
«Cuando me afilié al Partido Socialista, lo hice para defender la democracia y combatir la intolerancia»
–¿Ha logrado los retos que se marcó a su llegada a la subdelegación del Gobierno en julio de 2018?
–Me voy muy satisfecho de haber podido dar visibilidad al Estado en el territorio guipuzcoano. Sé que estamos en Gipuzkoa y que el Estado, en el que yo creo firmemente, tiene un largo recorrido por hacer. En este tiempo hemos estado, por ejemplo, en 23 localidades de menos de 5.000 habitantes con el programa 'La Administración cerca de ti', llevando los servicios directos a la ciudadanía de Alegia, Mutriku o Urnieta. El próximo día 14 la cita será en Berastegi, el 20 habrá una sesión conjunta para vecinos de Mendaro, Soraluze y Mutriku, y estaremos el 10 de diciembre en Alkiza. También nos hemos implicado desde el primer día en el acercamiento de la Policía Nacional, de la Guardia Civil, y de las Fuerzas Armadas a la sociedad guipuzcoana. En ese acercamiento se han dado pasos importantes.
–Gipuzkoa no ha sido muy receptiva en ese sentido. ¿Ha notado que las cosas han ido cambiando?
–Sí. Hay ámbitos y lugares en Gipuzkoa, muchos, en los que, probablemente, no. Pero hay otros, más de ciudad, en los que se empieza a apreciar en ciertas partes de la población, todavía pequeñas, un mayor acercamiento y comprensión a la realidad de un Estado moderno y de sus fuerzas policiales, absolutamente democráticas, y a sus fuerzas armadas.
–La geografía guipuzcoana también ha propiciado una relación más directa con Francia. ¿Qué avances se han dado ahí?
–Se ha establecido una relación de complicidad. Hemos tenido una relación profunda para abordar cuestiones como la cumbre del G7. O todo lo que hicimos durante la pandemia, porque en un sitio de frontera, por mucho que las normas digan una cosa, se producen hechos insólitos y situaciones humanitarias que hay que resolver.
–¿De qué logros se siente más orgulloso en esta última etapa?
–Me siento muy orgulloso de un programa piloto en materia de extranjería que hemos impulsado, me refiero al servicio de acogida inicial a los inmigrantes con una visión social, que está atendido por trabajadores sociales.
«Voy a hacer el curso superior de Defensa Nacional en el Centro Superior de Estudios de la Defensa de Madrid»
–¿Se queda con alguna espinita?
–Me habría gustado desarrollar la colaboración transfronteriza ante emergencias. Es un campo que se recoge en un tratado internacional que debe ser desarrollado. Lo hemos hablado muchas veces con los franceses, pero falta concretar.
–¿Qué va a hacer ahora, seguirá siendo socialista activo?
–No tengo la menor duda. Y creo que más activo todavía. Me quiero meter de lleno en combatir la discriminación por razón de edad. Llegar a esta edad no tiene que estar solo relacionado con el ocio, no lo concibo así. Me llama la atención que no hay ni un solo parlamentario vasco de más de 65 años.
–¿Cómo lo va a hacer?
–Estoy creando una asociación sobre la discriminación por razón de edad. Estoy ya con los estatutos y ahora que tendré más tiempo trataré de implicar a más gente desde aquí, pero con vocación nacional. También me interesa mucho seguir profundizando en el ámbito transfronterizo. Además, voy a hacer el curso superior de Defensa Nacional en el Centro Superior de Estudios de la Defensa de Madrid. Ya me han aceptado.
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