El PNV redobla la presión sobre Sánchez y le reprocha «improvisar» ante la crisis sanitaria
Urkullu se distancia de la exigencia de Casado para que el jefe del Gobierno convoque una conferencia de presidentes autonómicos
El portavoz del Partido Nacionalista Vasco en el Congreso, Aitor Esteban, redobló la presión sobre el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, al reiterar ... sus criticas a la «improvisación» sobre el proceso de vacunación y sobre el fin del estado de alarma anunciado para el 9 de mayo, que ya formuló hace varios días. La censura de los jeltzales en Madrid -un socio estratégico preferente del gobierno de coalición PSOE-Unidas Podemos- añade un frente de desmarque al malestar registrado entre diversos presidentes autonómicos, sobre todo del PP, tras el mensaje del presidente. Un desconcierto que afectó el pasado viernes al propio lehendakari Iñigo Urkullu, quien a las pocas horas se quejó de no haber sido informado de antemano y subrayó la necesidad de corregir estas disfunciones en la cogobernanza para ofrecer soluciones a la ciudadanía y bajar los decibelios de la política.
No obstante, pese a esta posición, Urkullu tampoco quiere apretar en exceso las tuercas a Sánchez en una coyuntura que se antoja complicada para el Gobierno central. La campaña de Madrid, tras un adelanto electoral sorpresivo precipitado por el fiasco de la moción de censura en Murcia, y las dificultades de la vacunación se han entrecruzado en una coctelera políticamente explosiva. El mes de abril se antoja delicado para Sánchez porque se juega ahora el destino de la legislatura.
Las claves
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Voltaje político La polémica de las vacunaciones y las elecciones en Madrid suben el voltaje político
Urkullu, en ese sentido, ha ofrecido cierto margen de maniobra a Sánchez y no se ha embarcado en la exigencia para que convoque con urgencia la conferencia de presidentes, un órgano de consulta más que deliberativo, al menos durante la época dura del confinamiento. El lehendakari quiere rebajar la tensión política en un momento en el que crece la desconfianza social a tenor de los vaivenes del proceso de vacunación y de la incertidumbre que provoca entre la ciudadanía la falta de claridad en una cuestión tan sensible y tan determinante. En ese sentido, el jefe del Ejecutivo vasco cree que es necesario un mayor esfuerzo de responsabilidad para encauzar las discrepancias en los ámbitos técnicos y políticos reservados sin necesidad de airearlas permanentemente.
Y es que la decisión de poner término al estado de alarma ha abierto una notable incertidumbre entre las autonomías en la medida en la que desaparece, en principio, el paraguas jurídico que posibilitaba la adopción de medidas restrictivas de algunos derechos fundamentales como la libertad de movilidad. Sobre todo cuando, pese a los anuncios efectuados durante los primeros meses del estado de alarma, en el inicio del primer confinamiento, el Estado aún no ha elaborado una ley orgánica de pandemias que regule con mayor precisión jurídica la adopción de determinadas medidas excepcionales en defensa de la salud pública si la cobertura que ofrece la legislación ordinaria sanitaria no resulta suficiente.
Iniciativa política
Y es que la crisis de la vacunación ha vuelto a elevar el voltaje de la política española y a visualizar algunos chispazos dialécticos entre el Gobierno central y las autonomías, con presidentes autonómicos por verse desplazados en la toma de decisiones y que vislumbran detrás de las últimas declaraciones de Sánchez la búsqueda de un perfil de notoriedad para marcar la iniciativa política con la vista puesta en las elecciones en la Comunidad de Madrid el próximo 4 de mayo.
El duelo entre Sánchez y la presidenta de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, se encuadra en esa estrategia de polarización. El Ejecutivo de Sánchez remite las tensiones, y las diferencias, a que se canalicen en el Consejo Interterritorial de Salud donde se reúnen los responsables de Salud autonómicos y la ministra de Sanidad, Carolina Darias.
El presidente del PP, Pablo Casado, cogió ayer el guante y volvió a mostrarse muy crítico con Sánchez, al que instó a que convocase una reunión de presidentes autonómicos, en línea con lo señalado hace varios días por el presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo.
El líder de los populares reprochó a Sánchez por haber emprendido en este preciso momento una visita oficial a varios países africanos con carácter comercial y económico. Lo que cuestiona Pablo Casado es la coyuntura, un momento en el que un gobernante responsable tiene que estar al pie del cañón. «¿Alguien se imagina qué hubiera pasado en Alemania si en esta situación la canciller Merkel hubiera iniciado un viaje oficial?», se preguntó.
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