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Socialistas y jeltzales ultiman la negociación de un pacto de gobierno municipal en Irun, segunda localidad de Gipuzkoa, que podría fructificar en los próximos días ... en un ejecutivo de coalición. Las conversaciones avanzan y van por buen camino, según fuentes conocedoras de la negociación, pero aún no se han cerrado. Tanto PNV como PSE se muestran prudentes porque temen que cualquier indiscreción puede hacer saltar este canal de diálogo y sus expectativas en este momento decisivo. No sería la primera vez que se produce un tropezón de esta naturaleza. La negociación continúa abierta y tampoco ha tenido lugar aún la asamblea del PNV de la Junta Municipal de Irun, que al igual que la agrupación socialista irunesa, son los órganos de decisión que tendrán la última palabra.
Irun se convierte en la última pieza pendiente del mapa de pactos guipuzcoano. Los socialistas ganaron las últimas elecciones municipales allí con la candidatura del ya exalcalde José Antonio Santano, que hace más de un año dejó el cargo para ser designado secretario de Estado de Transportes con Oscar Puente. En Irun, la nueva alcaldesa socialista, Cristina Laborda, ha tenido que retirar el proyecto de Presupuestos municipales para 2025 ante la falta de una mayoría en la Corporación.
Los reiterados intentos de buscar un pacto municipal entre el PNV y el PSE en Irun no han llegado a cristalizar en los últimos meses por los recelos entre ambos grupos municipales. A su vez, EH Bildu ha comenzado a ejercer presión política al mostrarse dispuesta a negociar las Cuentas públicas con Laborda en la antigua localidad fronteriza. La coalición soberanista ha querido introducir un elemento de fricción y desconfianza en las relaciones entre socialistas y nacionalistas y alumbrar un eje de izquierdas que pudiera tener recorrido futuro.
El PSE no ha visto con buenos ojos este acercamiento hacia EH Bildu en Irun por sus repercusiones y por las ondas concéntricas que emitiría en un terreno tan sensible como el guipuzcoano, con EH Bildu en posición de dar la batalla por el poder en todo el entramado institucional y con un notable peso en los consistorios desde 2021. Un pacto municipal insuflaba aire al denominado 'eje de izquierdas'. En la pasada legislatura, Irun se convirtió en un laboratorio al ser el escenario de un pacto municipal de izquierdas entre el PSE y Elkarrekin Podemos.
El acercamiento de Irun, de cristalizar en un acuerdo de gobierno, se enmarca en una operación más amplia y compleja que pasa por afianzar contra viento y marea la entente entre el PSE y el PNV en las instituciones del territorio, tanto en los ayuntamientos como en el gobierno foral presidido por Eider Mendoza, y hacer frente a las tácticas de la izquierda independentista para generar contradicciones en sus adversarios. La situación en minoría del Ejecutivo le obliga a moverse con habilidad. El acuerdo con el PP en las Juntas Generales para aprobar los Presupuestos forales es un elocuente exponente de la debilidad de gobernar en minoría. La brecha entre la mayoría PNV-PSE y la izquierda independentista es cada vez mayor.
El movimiento de Irun viene precedido por los desencuentros del pasado, cuando Santano cesó en 2018 a su delegado municipal de Urbanismo, Xabier Iridoy, por falta de confianza y el PNV rompió el acuerdo de gobierno. Los jeltzales, incluso, estuvieron tanteando la posibilidad de una moción de censura contra Santano aunque no llegó a prosperar por falta de apoyos. En esta legislatura Iridoy ha dejado la portavocía del grupo y ha sido reemplazado por Gorka Álvarez.
La inestabilidad en Irun podría zanjarse con este acuerdo, al igual que en Eibar, en donde el alcalde socialista Ion Iraola firmó también hace algunos meses un pacto de gobierno con el PNV que zanjaba una relación conflictiva con los jeltzales. Los peneuvistas –liderados por su anterior portavoz, JosuMendikute– han desarrollado en los últimos años una oposición de trazo grueso al gobierno municipal del PSE. Los nacionalistas vascos siempre han tenido como un objetivo estratégico recuperar las alcaldías de ambos municipios, gobernados la mayor parte de los años por los socialistas pero que en su momento también llegaron a tener alcaldes del PNV: Xabier Txapartegi, entre 1979 y 1983, en Irun, y Mikel Larrañaga y Jesús María Agirre, entre 1979 y 1987, en Eibar.
Al encarrilar la gobernabilidad en Eibar y en Irun se fortalece la entente entre ambas formaciones, que evitan 'interferencias' de EHBildu a medio plazo. El PSE tiene en Irun la alcaldía y diez ediles. El PNV dispone de siete, EH Bildu cuatro, y Elkarrekin Podemos y el PP tienen dos cada uno.
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