Se veía venir. Desde el mismo momento en que la moción que había urdido el alavés Iñaki Oyarzábal sobre las transferencias pendientes en Euskadi salió ... a la luz en el Senado y fue defendida por su compañera de bancada Esther del Brío, con fragmentos en euskera incluidos, ya se sabía que este señuelo iba a ser aprovechado por el tridente conservador para golpear la arquitectura 'sanchista'. Sin embargo, esta iniciativa, por mucho que la expliquen desde el PP vasco o denuncien su tergiversación, no dejaba de ser en origen un material altamente inflamable que al final ha provocado todo un incendio en el tablero político vasco. Expresiones utilizadas por la senadora del PP Del Brío como «regalo», «no es el camino» o «se producen problemas de discriminación» para intentar contaminar el acuerdo de los 33 traspasos acordados entre Sánchez y Urkullu no dejan de sorprender por desafortunadas, y sobre todo por las negativas consecuencias que este rosario de expresiones puedan causar a las aspiraciones del PP vasco de estar en una zona central de influencia en la política vasca y no en el córner en el que le situaron ayer el resto de los partidos. No hay que olvidar que hay dos elecciones a la vuelta de la esquina.
La propuesta del PP, que está avalada por el partido de Alfonso Alonso en Euskadi, tenía un innegable alto riesgo que podía haber sido evitado. Sin embargo, desde la formación de Casado ha podido existir una cierta tentación de 'catalanizar' a Euskadi al utilizar en su moción una materia tan medular como el autogobierno y su consolidación a través del cumplimiento del Estatuto de Gernika, que está aún sin cumplir en su integridad desde hace 40 años.
Y tanto fue el cántaro a la fuente, que el lehendakari baraja aprobar el martes una declaración institucional para poner pie en pared a cualquier intención que malogre un trabajo de meses en favor de un traspaso de transferencias que, curiosamente, los gobiernos del PP han solido tener cerradas a cal y canto como comodín para aliviar sus necesidades legislativas. En este caso, Casado y Alonso sí han sintonizado plenamente.
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