Proceso de alto voltaje

En las filas socialistas se acuñó en su día que las primarias las cargaba el diablo por sus resultados controvertidos, en algunos casos inesperados, y sobre todo por las heridas internas que provocan estos procesos tan encarnizados en las estructuras internas del partido. El actual presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que de esto sabe mucho, observará ahora desde la barrera de la Moncloa cómo el PP se abre en canal en una pugna inédita en la historia de la formación conservadora.

Veintiocho años han transcurrido desde que Fraga Iribarne rompiera la carta de dimisión de Aznar y le proclamara a la brava -con la famosa frase de 'ni tutelas ni tu tías- presidente del entonces refundado partido. Desde entonces, el presidencialismo del partido ha imperado y la participación de la militancia en la elección de sus líderes solo se limitaba a adherirse o abstenerse al único candidato que de manera tradicional se sucedía en la dirección de esta formación. Eran casi proclamaciones a la 'búlgara'. Ni el propio Rajoy, ahora ya en la vida civil y visitando su plaza de registrador en Santa Pola, hubiera pronosticado y deseado semejante despliegue de candidatos por heredar su despacho de la séptima planta de la sede central de Génova. Su 'heredero' natural, Alberto Núñez-Feijóo, dio la espantada porque veía a su alrededor que no le iban a poner alfombra roja y que tenía que batirse el cobre con las dos más estrechas colaboradoras de Rajoy: María Dolores de Cospedal, que controla las estructuras del partido, y Soraya Sáenz de Santamaría, la 'vice' del recién censurado Gobierno popular. Una apuesta muy arriesgada.

No hay que ser muy adivino para pronosticar que será una mujer quien lidere el PP del 'postmarianismo'. Dos íntimas rivales cuya distancia se vio inmortalizada en aquella fotografía del 2 de mayo de Madrid con la silla vacía entre medio. Cospedal se presentó ayer con el apoyo de la militancia y Santamaría lo hizo en la calle, junto a los Leones del Congreso. Todo muy sintomático. Ahora a esperar el camino minado de esta especie de primarias en las que el día 21 de julio podría darse el caso de que los compromisarios dieran la presidencia al segundo más votado por la militancia.