Primeros frutos

Y el Gobierno socialista, que no quiere perder el tiempo para responder a la confianza que le depositó el PNV días después de haber suscrito los Presupuestos del PP, tiene la oportunidad de demostrar a los nacionalistas que el vigente modelo de autogobierno puede dar aún más de sí con el trasvase de todas las transferencias bloqueadas, eso sí, sin traspasar las líneas del actual marco legal. Aunque los nacionalistas tengan otra perspectiva de futuro más ambiciosa, según se desprende de las bases del nuevo estatus, los acuerdos alcanzados entre ambos gobiernos son un punto de partida esperanzador para avanzar en el camino.

A pesar de que en el exterior, el PP de Casado y el PDeCAT, recientemente reconquistado por Puigdemont, puedan amargar al Gobierno socialista este final de julio -techo de gasto y RTVE incluidos-, Sánchez resiste para afianzar su posición en la Moncloa, aunque deberá ser más cuidadoso en el uso de su Falcon para no incurrir, por ejemplo, en la grotesca utilización que hizo en su día Alfonso Guerra de un Mystère para eludir un atasco de tráfico. Y para complicar más la situación política, el recién elegido presidente del PP, Pablo Casado, recibe a su mentor Aznar en Génova, mientras una jueza diligente quiere saber toda la verdad sobre el turbio caso que envuelve al máster que logró el líder popular y del que no hay ni rastro.