Primer descarte

El descarte del PP vasco en la negociación de los Presupuestos del gabinete de Urkullu reduce las posibilidades a EH Bildu y Podemos como aspirantes a evitar la prórroga que ningún gobernante desea para su acción de gobierno. La coalición abertzale, con sus dos abstenciones como señuelo -Otegi hizo similar gesto al PNV con el plan Ibarretxe-, busca con ahínco otro abrazo del oso con los jeltzales para cerrar el círculo de colaboración abertzale que se inició antes del verano con el acuerdo de bases para el nuevo estatus. Sus planteamientos posibilistas para cerrar un acuerdo, según pasan los días, buscan situar la pelota en el tejado del consejero Azpiazu. Sin embargo, en Sabin Etxea contemplan esta jugada desde lejos, y, sin dejarse enredar por el tacticismo, decidirán en función de los números y las propuestas encima de la mesa.

El PP vasco, con Casado en la dirección de Génova y Alonso capitaneando el partido en Euskadi, deja de ser socio preferente del Gobierno de Urkullu y pasa a la oposición pura y dura. Los populares, que en los últimos años han sintonizado con las Cuentas de Urkullu, pusieron como condición 'sine qua non' que los jeltzales rompieran con EH Bildu los planteamientos soberanistas suscritos para el nuevo estatus. Era un listón alto, que Egibar no movió ayer al defender los acuerdos firmados en la ponencia de autogobierno con la coalición de Otegi. El desenlace de este envite deja al PP vasco en el córner del tablero vasco, sin la influencia que ejercía hasta ahora por la falta de mayoría del Gobierno Urkullu. Habrá que esperar a ver cómo afecta esta decisión, que seguro que habrá provocado un intenso debate entre sus responsables, en los resultados que el partido de Alonso obtenga en la próxima cita electoral de mayo.

Mientras, PNV y EH Bildu afearon ayer las palabras de Juan Luis Ibarra, el máximo responsable de la judicatura vasca, por advertir que algunos postulados del acuerdo de bases del nuevo estatus no cumplen los requisitos legales que recoge la Constitución española. Un choque dialéctico que sin duda promete. Al tiempo.