El Gobierno Vasco no alcanza un acuerdo con EH Bildu y prorrogará los Presupuestos

La negociación entre el Ejecutivo de Iñigo Urkullu y EH Bildu murió la pasada medianoche de inanición, sin llamadas de última hora ni intercambio frenético de ofertas. El consejero de Hacienda y Economía, Pedro Azpiazu, trasladó por la mañana una «propuesta definitiva» a la coalición soberanista para tratar de llegar a un pacto antes de que se consumiera el plazo del ultimátum que él mismo fijó en el pleno de totalidad -«las 0.00 horas del jueves»-, pero EH Bildu omitió una respuesta concreta al Gobierno y se limitó a ratificarse en su última oferta, después de anunciar ante los medios que la propuesta del Ejecutivo era «inaceptable».

La recta final de la negociación estuvo rodeada de una frialdad que trasluce que ninguna de las dos partes llegó a creer en serio en que el acuerdo presupuestario era posible. Los históricos recelos entre el PNV y la izquierda abertzale para llegar a acuerdos de gestión acabaron imponiéndose, en un escenario preelectoral -con los comicios forales y municipales de mayo a la vuelta de la esquina- que tampoco contribuía a un cambio de actitud de tanto calado. El resultado es que Urkullu se verá obligado a prorrogar unos Presupuestos cinco años después, ya que no había sufrido un revés similar desde que tuvo que retirar su proyecto en 2013, en su primer año como lehendakari, cuando gobernaba en solitario. Hoy, con un Ejecutivo de coalición con el PSE que está a un parlamentario de la mayoría absoluta, Urkullu ha vuelto a pasar por el mal trago de retirar un proyecto de Presupuestos después de que la legislatura vasca se complicara tras la pérdida del PP como socio preferente, por el apoyo del PNV a la moción de censura contra Mariano Rajoy.

El Gobierno Vasco y EH Bildu llegaron a la medianoche de ayer sin ningún acercamiento de última hora. A las 19.30 horas, la portavoz parlamentaria de la coalición, Maddalen Iriarte, envió un correo electrónico que incluía la última oferta que la coalición había trasladado al Gobierno el pasado lunes, y ahí acabó todo. Las cinco horas que faltaban hasta las doce transcurrieron sin que ninguna de las dos partes realizara más movimientos, apelando ambas a que era la otra la que debía aceptar su propuesta. Algo que, por otro lado, sabían que no ocurriría.

El lehendakari entró en escena a última hora de la tarde para recordar que el Gobierno Vasco mantenía el plazo para llegar a un acuerdo hasta las doce de la noche, y apuntó que ya estaba prevista una reunión extraordinaria del Consejo de Gobierno para hoy. Al cumplirse el plazo, a la medianoche, el Ejecutivo anunció la convocatoria oficial del Consejo de Gobierno.

Urkullu también criticó que EH Bildu «todavía» no había respondido a la última oferta de su Gobierno, que trató de acercarse a las tres cuestiones que la coalición situó como prioritarias en la última oferta que trasladó el lunes. Mientras el lehendakari hacía estas declaraciones en Bilbao, Maddalen Iriarte escribió un mensaje en las redes sociales en el que aseguró que EH Bildu «no arrojaba la toalla» y que «seguiría peleando por mejorar la vida de las personas», aunque aclaró que lo haría «sin ningún ultimátum». Estas frases iban acompañadas de una fotografía en el que varios parlamentarios de EH Bildu decían «seguir trabajando» para lograr un acuerdo.

El consejero de Hacienda, Pedro Azpiazu, había presentado por la mañana una última oferta a la coalición que mejoraba en algunos puntos la que hizo pública el pasado lunes. A primer hora de la tarde, Iriarte anunció en el Parlamento que la propuesta le parecía «absolutamente insuficiente», porque apenas recogía cambios con respecto a la anterior oferta del Ejecutivo. Una hora después, Azpiazu compareció ante los medios en el Parlamento y emplazó a la coalición a «leerse bien» la propuesta porque «se acerca» a las demandas de la coalición.

El consejero explicó que su oferta «definitiva» incluía complementar progresivamente las pensiones más bajas mediante la RGI hasta alcanzar los 858 euros al mes en 2021, «como pide» la coalición. También propuso incluir una disposición en los Presupuestos que recogiera el compromiso del Gobierno para elaborar un informe sobre la posible individualización de la prestación de la RGI en la misma unidad familiar. Por último, para tratar de acercarse a EH Bildu en su tercera exigencia, el Ejecutivo aceptó los 1.200 euros como «salario medio referencial» en la contratación pública. Un intento final que no fue suficiente.