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El PP vasco rechaza implicarse en la negociación de un nuevo pacto estatutario si éste se basa en el reconocimiento nacional de Euskadi y abre ... de paso la puerta del debate del derecho a decidir. Según el presidente del PP vasco, Javier de Andrés, el nacionalismo ha puesto en marcha una operación estratégica «con el incomprensible concurso del Partido Socialista para que perdamos derechos de ciudadanía como españoles, y eso es inaceptable».
El domingo pasado, el lehendakari Imanol Pradales reconocía en una entrevista en este periódico su apoyo a la búsqueda de una fórmula pactada sobre el derecho a decidir y la identidad nacional vasca en el nuevo estatus entre el PNV, EH Bildu y el PSE, «que representan al 80% del arco parlamentario vasco».
Fuentes del PPhan señalado a DV que este partido tiene claras las línea rojas que no va a traspasar en una eventual negociación de un pacto estatutario. La posición es clara. Por un lado, se mantiene la disposición a participar en cualquier reforma que entre dentro del actual ordenamiento jurídico-político, que sirva para reforzar el consenso y para mejorar el autogobierno y el bienestar de la ciudadanía vasca.
Pero, esa posición favorable es compatible, apuntan, con el rechazo a cualquier planteamiento que suponga alejarse de la centralidad para situarse en una posición demasiado ambigua o poco clara o que sirva para alimentar la ideología del nacionalismo. Sobre todo en un contexto social en el que se ha enfriado considerablemente la tensión del nacionalismo vasco.
Javier de Andrés señala que la reivindicación de que más autogobierno equivale a más bienestar «es una falacia» que ha construido el nacionalismo vasco a lo largo de las últimas décadas con una gran eficacia narrativa. Lamenta que el Estatuto no haya servido para reducir la desigualdad. La autonomía ha servido, dice De Andrés, para activar una élite administrativa dócil con el nacionalismo.
Otro de los retos, para De Andrés, tiene ver con el desafío de despolitizar la Administración vasca, que tiene un grado de «nepotismo y clientelismo escandaloso». A su juicio, un cambio de marco debe ser utilizado para «dar libertad, por ejemplo en el tema lingüístico, que ponga fin a la pérdida de derechos como españoles que supone que no se pueda estudiar en castellano en el País Vasco».
El líder del PP vasco sostiene que el debate debiera servir para promover «los derechos de ciudadanía» y no alimentar la ideología nacionalista «con antiguallas de hace 100 años».
La apertura del debate sobre el derecho a decidir es cuestionada de plano. El PP cree que la dinámica autodeterminista es incompatible radicalmente con el marco constitucional y estatutario. Pero no solo es este el nudo gordiano. Los populares tampoco asumen que el nuevo Estatuto tenga que basarse en el reconocimiento de que en Euskadi existe una identidad nacional vasca, que admite que es una legítima aspiración nacionalista, pero que no tiene sentido que se convierta en la viga maestra del ordenamiento jurídico-político. «El reconocimiento de Euskadi como nación tiene lógicamente no solo una connotación política sino también jurídica y ese principio abre la puerta a cuestionar la soberanía nacional constitucional. Esa es nuestro límite», advierten.
Desde el PP se lanza una pregunta: «¿Qué nación se reivindica, la de las siete provincias que engloba la pretensión quimérica de Euskal Herria con Navarra y los territorios vascofranceses o solo la Comunidad Autónoma del País Vasco?». Esa es la pregunta clave, se asegura en el PP. El diagnóstico que efectúa es que el nacionalismo no ha renunciado a una dinámica de extender sus aspiraciones en derechos.
En el PP vasco se admite que su posición reacia a implicarse en un nuevo pacto estatutario complica su estrategia en Euskadi para situarse en la centralidad pero aspira a recoger una parte de los apoyos del espacio moderado de centro que históricamente ha respaldado al PNV, entre otras razones, porque entendía que era un dique de contención de la izquierda abertzale. La desaparición de ETAha cambiado el tablero.
Desde el PP vasco existe la convicción de que Sánchez y el PNVya han pactado el reconocimiento nacional de Euskadi. Los socialistas han abierto la puerta a un nuevo pacto estatutario si este sirve para mejorar el autogobierno estatutario y no desborda la Constitución.
También reclaman que la discusión sirve para blindar determinados derechos sociales. Se oponen tajantemente a la incorporación de cualquier fórmula sobre el derecho a decidir contraria al marco constituciona, aunque se muestran dispuestos a incluir la identidad nacional vasca.
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