La ponencia defiende una «foralidad constitucional» como nexo con España

En plena polémica entre el PP vasco y la portavoz popular en el Congreso, Cayetana Álvarez de Toledo, por la defensa de la foralidad de los tres territorios históricos vascos y la supuesta «tibieza» ante el nacionalismo del PNV por parte del partido liderado por Alfonso Alonso, la ponencia política que esta formación presentó ayer en la convención de Vitoria puso negro sobre blanco los principios sobre los que se sustenta su proyecto. El PP vasco defiende una «foralidad constitucional» que, junto con el Concierto Económico, «une» a los habitantes de los tres territorios vascos entre ellos y al conjunto de los vascos con el resto de España.

Los populares vascos reivindican en su ponencia la foralidad dentro de la Constitución, del Concierto Económico, del autogobierno y de las instituciones territoriales vascas, y aseguran que lo hacen «de la mano del PP nacional» desde su fundación. También subrayan que la defensa activa de la soberanía nacional va unida al reconocimiento de la «diversidad de los territorios de España».

En este sentido, el PP vasco defiende el Estatuto de Gernika como el «mejor freno» ante proyectos de «ruptura y división» promovidos por el «soberanismo y el independentismo» y hace hincapié en que respalda las «raíces» del País Vasco, que son «sinónimo de foralidad, historia y liberalismo», aunque, a su juicio, partidos como el PNV «buscan venderlas como nacionalismo».

La formación de Alonso deja claro, por ello, que defender la foralidad no supone «sucumbir» ante el nacionalismo e insiste en reivindicar su personalidad propia como partido, al señalar que todas las formaciones la tienen: «La tiene el PP en Madrid, la tiene el PP en Galicia y la tiene el PP en el País Vasco».

Por el contrario, afirma que respaldar la «foralidad constitucional» es la mejor herramienta para desarrollar el potencial económico y político del País Vasco porque «una Euskadi fuerte significa una España fuerte» y porque esta foralidad une a alaveses, vizcaínos y guipuzcoanos entre sí y «al conjunto de vascos con el resto de España».

Los derechos históricos de los territorios vascos son, por tanto, para el PP vasco una «limitación del poder del Estado» y por esa razón constituyen «un reconocimiento de la soberanía de la nación que les otorga validez».

El partido liderado por Alonso reconoce que el proyecto constitucionalista «está debilitado electoralmente» en Euskadi, pero resalta que revertir esta situación depende «en exclusiva» de la formación popular. Advierte de que solo logrará «crecer y fortalecerse» si marca las «mismas distancias» con los partidos nacionalistas vascos y con las formaciones nacionales que «abrazan otro tipo de nacionalismo incompatible con la idea de España que subyace en la foralidad y en la Constitución», en alusión al centralismo de Ciudadanos y, sobre todo, Vox.

La ponencia añade que «solo lograremos crecer y fortalecernos si nos identificamos con una mayoría social que pide fomentar políticas de utilidad desde el respeto al arraigo que siempre hemos demostrado y que forma parte del ideario del PP vasco y por tanto de todo el PP».