PNV y PSE blindan su negociación ante el intento de Otxandiano de iniciar una ronda paralela

EH Bildu quiere tener un papel protagonista durante la legislatura que acaba de comenzar y eso pasa por meter la cabeza en el tándem PNV-PSE. El líder de la izquierda independentista, Pello Otxandiano, criticó ayer no haber recibido ninguna llamada del que será el próximo jefe del Ejecutivo vasco, el jeltzale Imanol Pradales, y anunció que iniciará una ronda de contactos con PNV, PSE y Sumar. No llamará ni al PP ni a Vox. Una vez se produzcan estas conversaciones —si es que se producen— la coalición abertzale valorará si presenta a Otxandiano a la investidura a lehendakari. Tanto jeltzales como socialistas dieron largas a esta propuesta, por lo menos hasta que tengan cerrado su acuerdo de Gobierno.

La estrategia que Otxandiano defendía durante la campaña electoral no ha cambiado tras los comicios del 21-A. Mano tendida a jeltzales y socialistas para llegar a acuerdos que respondan «al mandato popular de un parlamento de mayoría abertzale y de izquierdas». Esa vía está cerrada pero el líder de la izquierda independentista recordó ayer que se muestran dispuestos a apoyar una investidura de Pradales si EH Bildu entrase en las negociaciones por el programa de Gobierno. Lo que no concretó es si ese pacto podría dirigirse hacia un tripartito, aunque desde la coalición consideran que esa fórmula «está muy lejos», ya que no ha habido ningún tipo de contacto, «ni creemos que lo habrá» con Pradales.

El PNV criticó las formas en las que el parlamentario de EH Bildu anunció la ronda de contactos —en una entrevista concedida a Radio Euskadi— ya que, según aseguraron, «nosotros no hacemos política a través de los medios de comunicación». Y recalcaron que «Otxandiano no nos va a marcar la agenda». Menos tajante fue el PSE. «Estamos en una negociación abierta con el PNV y vamos a dar prioridad a eso», explicaron. Luego, dijeron, «ya se verá». «Estamos dispuestos a reunirnos con todas las fuerzas políticas siempre, pero, en este momento, creemos que lo responsable es conseguir el objetivo prioritario que nos hemos marcado», comentaron.

La única formación que ha mostrado su disposición total para hablar con EH Bildu ha sido Sumar. El partido liderado por Lander Martínez, que logró el 21-A el único escaño de la izquierda confederal en el Parlamento, afirmó que si Otxandiano les llama «nos sentaremos a hablar» porque «nuestras prioridades son las políticas progresistas que queremos impulsar desde la Cámara legislativa».

Otxandiano definió las conversaciones entre PNV y PSE como «privadas, excluyentes y exclusivas», aunque aclaró que son «absolutamente legítimas». Y apuntó que es «el momento para dar paso a la cooperación, a un diálogo abierto y transparente hacia la ciudadanía es ahora. Es el momento de plantear cómo vemos el país, cuáles son los retos y cuál es el programa de gobierno que necesitamos para hacer frente a eso». De esta forma, advirtió que «lo que no vale es conformar un Gobierno» y después «casi exigir a la oposición que asuma esas hipotecas y que arrime el hombro».

El líder de EH Bildu en el Parlamento Vasco se quedó a un escaño de ser el primer jefe de filas de la izquierda independentista en ganar unas elecciones, pero logró unos resultados históricos con la consecución de 340.000 votos. No han sido suficientes tampoco para optar al gobierno, ya que, todavía, EH Bildu no encuentra aliados ni el eje abertzale ni en el de izquierdas. De todas formas, sus 27 escaños —los mismos que los del PNV—, quieren ser importantes para llegar a pactos amplios que sumados a los jeltzales y socialistas suponen el 88% del Parlamento. En ese contexto, Otxandiano estará en la primera línea, aunque la que llevará el peso en la Cámara legislativa será la portavoz Nerea Kortajarena.

El partido ha apostado por Otxandiano como un recambio generacional a los perfiles históricos de la izquierda independentista y, de momento, lo reservará para los debates más importantes. Durante los últimos años, como Director de Programa de EH Bildu, ya ha estado inmerso en cuestiones de calado estructural, como la Ley de Educación, por lo que no será un debut tan brusco.

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