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Venezuela y su crisis política suponen una pieza muy sensible en el nacionalismo vasco, que guarda con aquel país del Caribe numerosas complicidades sentimentales e ... históricas como lugar de acogida. El PNV, muy crítico con el régimen de Nicolás Maduro, reclamó ayer que el próximo 10 de enero tome posesión como presidente de Venezuela Edmundo González Urrutia para, según defienden los jeltzales, «respetar la soberanía popular» emanada de las elecciones presidenciales que se celebraron el pasado 28 de julio.
Además, el partido liderado por Andoni Ortuzar apela al diálogo y a una negociación entre todas las fuerzas políticas venezolanas con el fin de impulsar «una transición política inclusiva en busca de la paz, las libertades y el Estado de Derecho», con el acompañamiento de la comunidad internacional. Los nacionalistas vascos secundan las movilizaciones convocadas por la oposición en todo el mundo para los próximos 9 y 10 de enero y que en Bilbao tendrá lugar, previsiblemente, el día 12. También hay concentraciones previstas en San Sebastián y Vitoria.
La declaración del EBB es la continuidad de la resolución adoptada por el Congreso el 11 de septiembre con el respaldo del PP, Vox y PNV por el que se reconocía a González Urrutia como legítimo presidente de Venezuela. El Gobierno de Pedro Sánchez no apoyó este movimiento al escudarse en que no era la posición oficial de la Unión Europea, que pedía conocer las actas definitivas de los comicios. El Consejo Nacional Electoral venezolano, de hecho, proclamó vencedor a Maduro con el 51,2% frente al 44,2% del opositor Edmundo González. En este sentido, los jeltzales subrayaron ayer que la oposición «fue capaz de recabar actas digitalizadas correspondientes a más del 80% del total, arrojando un resultado del 67% a favor de Edmundo González Urrutia frente al 30% de Nicolás Maduro, lo que hace, en la práctica, irreversible ese resultado final».
La dirección del PNV también señaló ayer que «la escasa observación internacional solvente que pudo acudir a las elecciones en Venezuela se ha pronunciado en este mismo sentido». «Así, tanto el Panel de Expertos de Naciones Unidas como el Centro Carter declararon primeramente que el proceso electoral no cumplió con las medidas básicas de integración y de transparencia internacional que son esenciales para la realización de unas elecciones creíbles», resaltó.
Los jeltzales indicaron que, asimismo, constataron «que la actualización del registro de electores impidió votar a mucha gente». Acto seguido –explicó el PNV–, Nicolás Maduro acudió al Tribunal Supremo Venezolano «y solicitó la certificación de su victoria, la cual le fue otorgada mediante un procedimiento sumario». «Desde entonces, se han intensificado las persecuciones a personas de la oposición, los arrestos, los asesinatos y las encarcelaciones, que ascienden a más de 2.500 en estos últimos meses», añadió.
El PNV destacó igualmente que el próximo 10 de enero el nuevo presidente de Venezuela debe tomar posesión para la legislatura 2025-2031. Por ello, el EBB afirmó que el pueblo venezolano «merece y tiene derecho a la democracia y al Estado de Derecho, para superar sus crisis».
«Se debe respetar la soberanía popular emanada de las elecciones del 28 de julio de 2024. En este sentido, la verdad democrática refleja que la voluntad mayoritaria del pueblo venezolano determinó que su próximo presidente sea Edmundo González Urrutia, quien, de acuerdo a las leyes electorales venezolanas, debe tomar posesión el 10 de enero de 2025», manifestó.
La ejecutiva nacional del PNV solicita por todo ello «la defensa de los derechos humanos en Venezuela, reiteradamente violados, a juzgar por las conclusiones de los sucesivos informes de la Organización de las Naciones Unidas». «Exigimos el fin de la represión política y la inmediata liberación de todos los presos políticos retenidos ilegalmente en las cárceles del país. Apelamos a un diálogo y a una negociación entre todas las fuerzas políticas venezolanas, para el inicio de una transición política inclusiva en busca de la paz, de la reconciliación, de la unidad, de la defensa de la democracia, de las libertades y del Estado de Derecho en Venezuela, bajo la tutela, el amparo y el acompañamiento de la comunidad internacional», concluye la declaración de ayer.
EH Bildu no se ha pronunciado oficialmente sobre este escenario de la toma de posesión. Sus últimas declaraciones oficiales en septiembre las realizó el portavoz suplente de EH Bildu en el Congreso, Oskar Matute, que criticó la falta de resultados verificados de las elecciones de julio, de manera que «no hay un escrutinio inapelable, lo que afecta tanto a Maduro como a González Urrutia». La izquierda independentista vasca también ha pedido una transición negociada si bien inicialmente saludó el triunfo del candidato del régimen. La influencia de Sortu –un partido de afinidad con el movimiento de la Revolución Bolivariana– se hacía notar.
Hasta 30.000 ciudadanos residentes en el País Vasco, Navarra, Rioja y y Cantabria son oriundos de Venezuela y están censados en el Consulado General de Bilbao. Sin embargo, tan solo pudieron ejercer su derecho al sufragio en julio 1.500 personas, lo que, según una plataforma de venezolanos en Euskadi, demuestra las «constantes trabas» del régimen de Maduro. La cónsul en Bilbao es Glena Cabello, la hermana del número dos del régimen, Diosdado Cabello.
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