PNV y EH Bildu acercan posturas hacia un nuevo «Concierto Político» para Euskadi
Los partidos intentan soslayar el escollo del derecho a decidir con una apuesta por un nuevo acuerdo con el Estado basado en la bilateralidad
El PNV y EH Bildu trabajan ya sobre la idea de que una futura reforma estatutaria en Euskadi se sustente en la idea de un ... nuevo «Concierto político» que sirva para profundizar en el autogobierno y hacerlo compatible con el principio de legalidad.
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El presidente del PNV, Aitor Esteban, ha situado en diciembre el plazo para alumbrar un acuerdo aunque ha pedido la máxima reserva para garantizar el éxito de un proceso aún rodeado de incógnitas. De hecho, en las conversaciones abiertas en busca de un nuevo marco jurídico para el País Vasco, la mayor novedad es que EH Bildu ha modulado su posición tradicional en defensa del derecho de autodeterminación para asumir, desde el gradualismo, una idea que fue apuntada desde hace unos años por el PNV desde la época en la que Josu Jon Imaz era presidente del Euskadi Buru Batzar. Se trataría de buscar una nueva relación entre Euskadi y el Estado a través de la fórmula del Concierto Político, inspirado en el vigente Concierto Económico y que trasladaría la misma naturaleza paccionada al régimen del autogobierno.
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Se garantizaría así la bilateralidad efectiva y se daría un paso más en el hecho diferencial que asume el actual modelo autonómico. En opinión del nacionalismo vasco, en su conjunto, el problema del actual Estado de las Autonomías es que ha conducido a una progresiva erosión competencial silenciosa y pone en peligro el cumplimiento del pacto estatutario, que es uno de los objetivos programáticos del Gobierno Vasco de coalición PNV-PSE.
El PNV planteó en 2004 esta fórmula para desbloquear el escollo del derecho a decidir con una 'percha' que pudiera atraer a sectores no nacionalistas de tradición estatutaria. Lo importante, según los defensores de este mecanismo, pasa por el cambio del modelo y no tanto por centrarse en el 'fetiche' del derecho a decidir, aunque no se renuncia al concepto y podría vehiculizarse a través de la vía de los derechos históricos que abren una puerta a reconocer la singularidad nacional de Euskadi. Este reconocimiento es clave. La mayor novedad estriba en que EH Bildu se ha sumado a la discusión sobre esta premisa desde el convencimiento de que puede hacer compatible el principio democrático –basado en el respeto a la voluntad democrática de la ciudadanía vasca– con el principio de legalidad, que articula estas pretensiones dentro del marco de la ley.
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Relación con Esteban
El PNV se da hasta fin de año para intentar el acuerdo a tres bandas con EH Bildu y PSE y renuncia a un bloque abertzale que presione a los no nacionalistas a un nuevo pacto. La mayoría de la ejecutiva liderada por Aitor Esteban discrepa de esta apuesta por una unidad estratégica previa entre abertzales, una de las banderas clásicas de una corriente del soberanismo más radical.
EH Bildu tiene dudas de que al PNV le interese realmente pactar el nuevo estatus con ellos, pero cree que debe aprovechar este momento para dar un impulso cualitativo. La relación de la coalición independentista con los jeltzales no es la misma que con Andoni Ortuzar, que era muy fluida. Además EH Bildu se muestra desconcertada porque no ve al PNV con suficiente ambición nacional.
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Los partidos dialogan en la reserva para hacer compatible el principio democrático con el principio de legalidad
A su vez los socialistas se muestran muy prudentes con la reflexión. Aunque el mayor recelo del PSE se ha centrado siempre en el plano doctrinal del derecho a decidir, los socialistas podrían asumir el reconocimiento nacional de Euskadi en unos términos que no impliquen la quiebra de la legalidad constitucional española. Es decir, una reforma del Estatuto que profundice el blindaje de las competencias y que proteja la presencia vasca en el exterior, pero que no altere la esencia del Estado autonómico hacia un modelo confederal encubierto. Para esta mutación de la Constitución haría falta una mayoría cualificada y los socialistas ni comparten el modelo ni creen que es viable.
La fórmula del Concierto político fue presentada por Josu Jon Imaz en 2004, una propuesta de un nuevo estatus político para el País Vasco, cuando era presidente del EBB. Veníamos del descarrilamiento del Plan Ibarretxe, tras el portazo del Congreso a admitir a trámite su debate. El concepto buscaba dar un paso más allá del Concierto Económico –que ya era una realidad tangible – y establecer una relación política diferenciada entre el País Vasco y el Estado español. El Concierto Político ya fue en su momento apuntado por el lehendakari José Antonio Agirre al defender un modelo especial de autogobierno.
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La aspiración del derecho a decidir reivindicada por PNV y EH Bildu podría tener una 'salida' implícita mediante un recurso retórico a la vía de los derechos históricos reconocidos en la Disposición Adicional Primera de la Constitución Española y en la Disposición Adicional Cuarta del Estatuto de Gernika, que dice expresamente que el Pueblo Vasco «no renuncia a esos derechos en virtud de su historia».
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