Casado se ha visto envuelto en una desagradable polémica a raíz de una propuesta -que ahora nadie hace suya- sobre un supuesto blindaje de las ... mujeres embarazadas inmigrantes sin papeles que, en el caso de entregar sus hijos en adopción, no serían expulsadas a su país. El líder popular, que se aprestó a denunciar haber sido víctima de un información falsa (fake news), aclaró que lo que su partido defiende es la confidencialidad de la madre a la hora de entregar su hijo en adopción. Casado, involuntariamente o no, ha sufrido un serio patinazo de precampaña en un tema tan sensible que cualquier responsable político debería abordarlo con extrema sutileza y respeto. Su rotundo desmentido sobre este asunto deja en entredicho la gestión que el aparato de su partido realizó en las primeras horas en las que iba cogiendo cuerpo esta controvertida información.
Sin embargo, el presidente del PP, que en algunas ocasiones camina por el alambre cuando pone en funcionamiento su afilado lenguaje para defender con vehemencia sus propuestas políticas, debería evitar este tipo de sonoros tropezones, si no quiere lamentar consecuencias fatales en su carrera hacia la Moncloa. Firmar frases como «creo que es bueno que las mujeres sepan lo que llevan dentro», en referencia a las embarazadas, son expresiones de mucho riesgo, que sin duda pueden herir sensibilidades.
Por contra, el presidente del PP vasco, Alfonso Alonso, en un alarde de sentido común, terció ante esta polémica y defendió que lo que necesita cualquier mujer -tenga o no papeles- es que disponga de los medios suficientes para que tenga y críe a su hijo sin ningún problema. En estos temas humanos, el tacticismo o la estrategia puede jugar una mala pasada a cualquier candidato.
El presidente de los populares vascos, que toma distancia del a veces bronco estilo de su líder nacional -aún retumban la retahíla de insultos a Pedro Sánchez- tendió la mano a Ciudadanos en Euskadi para sumar fuerzas en flanco del centro-derecha liberal vasco ante el lógico temor de que la diversidad de la oferta electoral por ese lado reste posibilidades al aplicar la Ley d'Hont. Lógicamente, el Navarra Suma ha puesto en canción a Alfonso Alonso.
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