«No sé cuándo pasé de ser Imanol a lehendakari...»

El jefe del Gobierno Vasco, tras un año liderando el Ejecutivo, ha aprovechado el primer aniversario desde que se celebraron aquellas elecciones para publicar una carta abierta muy personal en la que plasma su experiencia como lehendakari y varias reflexiones acerca de todo lo vivido en estos últimos 365 días.

A través de sus redes sociales, Pradales arranca recordando aquel 22 de abril de 2024, el día posterior a la celebración de las elecciones al Parlamento Vasco. «Tras meses de precampaña y dos últimas semanas de campaña de gran actividad y tensión, me desperté con una mezcla de cansancio y satisfacción», asegura. Y continúa: «Había vivido unos meses de incesante trabajo, de recorrer Euskadi de punta a punta con un resultado que quedó grabado en mi mente: el respaldo de más 372.450 vascas y vascos al proyecto del Partido Nacionalistas Vasco, para crecer como País y crecer en bienestar».

Según reconoce, la campaña electoral que le catapultó hasta la Lehendakaritza fue «dura» e incluso «dolorosa» tras el ataque con un espray de gas pimienta que sufrió en Barakaldo. «Pero en todo momento -dice- sentía la confianza y el calor del partido; también la sensación de la responsabilidad en primera persona».

Así, sostiene que era él el candidato, pero que lo pasó «peor» por todas las personas que le habían acompañado en este camino. Y destaca especialmente las figuras de su ama, su mujer e hija. Su familia más cercana. Y también, cómo no, destaca el papel de su equipos, el resto de candidatos y los responsables políticos e institucionales del PNV que le respaldaron. «Había sentido la complicidad, apoyo y aliento de todas y todos ellos. Se habían volcado con ilusión, dando lo mejor que tenían por algo en lo que creían de verdad. No sé si un día podré agradecérselo como merecen», asegura, y aprovecha su escrito para darles especialmente las gracias a todos ellos.

Entonces, relata un episodio aún más personal: «El caso es que el lunes 22, habiendo dormido poco, sonó el despertador y me acerqué a la cocina a preparar el desayuno para todas las de casa. Abrí la nevera y no encontré nada. Estaba vacía. Ni siquiera un brik de leche. Era normal. Apenas habíamos parado en casa. Me espabilé con un café rápido y nos fuimos a hacer las compras a Santurtzi».

Fue entonces cuando, por primera vez, escuchó cómo se dirigían a él como lehendakari. Así lo ha explicado: «Mientras íbamos tachando productos de la lista, escuché una frase que jamás olvidaré: 'Mira, el lehendakari'. Me giré y vi a una ama con su hijo. Nos dio tiempo a mirarnos a los ojos y, al percatarse que me había dado cuenta de su comentario, se giraron un poco avergonzados. Sonreí. Fue la primera vez. Reconozco que me impactó. Uno no está preparado para vivir esta experiencia».

A partir de ahí, dice, empezó todo. Pradales resume en varios párrafos toda la labor que ha desempeñado durante su primer año de mandato y las circunstancias que se han ido desarrollando. «Hemos vivido un año intenso, de mucho trabajo. También de ilusión y responsabilidad al mando del nuevo Gobierno. Ajuria Enea ha sido un espacio abierto y de encuentro. He mantenido una relación directa con los partidos políticos y los principales agentes económicos y sociales de Euskadi. También con nuestro tejido industrial ante la volatilidad y la incertidumbre del escenario económico global», relata.

Así, resalta que ha mantenido varios encuentros con la presidenta de Navarra, Maria Chivite, y con el presidente de la Mancomunidad de Iparralde, Jean-René Etchegaray. Además, apunta, ha participado en distintos actos públicos con representantes institucionales forales o municipales, y «procurado tener una relación que respondiera a los intereses de Euskadi» con el presidente del Gobierno central Pedro Sánchez, con quien ha mantenido varios encuentros.

Pradales también ha hecho hincapié en los dos dos viajes oficiales oficiales que ha realizado a la Unión Europea y otro recientemente a Estados Unidos, en plena escalana arancelaria. «Ha sido un honor haber podido compartir con varios lehendakaris el acto organizado en Gernika con motivo del 45 aniversario del Parlamento Vasco y mi agradecimiento por la atención personal que me dedicó el lehendakari Garaikoetxea en el encuentro que mantuvimos en su propia casa en Iruña. Jamás lo olvidaré», resalta.

«A lo largo de estos meses he tratado de llevar a la práctica una máxima que para mí es innegociable: hacer política mirando a los ojos de la gente. Escuchar, ser honesto y autoexigente, y afrontar los problemas de frente», asegura Pradales, que recalca que «en la vida es muy importante sostener la mirada a las personas». «Tener la conciencia tranquila por saber que has hecho todo lo que estaba en tu mano para intentar resolver un problema o ayudar a una persona. Desde la humildad y la máxima empatía. Arriesgando y sabiendo también que se pueden cometer errores, y que los cometeremos porque somos personas. Todo esto es lo que he tratado de trasladar desde el primer día al Gobierno en su conjunto para avanzar como País y crecer en bienestar», sostiene.

Y termina su reflexión asegurando que «por mucho que me lo hayan preguntado no sé cuándo pasé de ser Imanol a Lehendakari». «No lo sé. Seguramente, porque nunca he dejado de ser Imanol, aquel chaval que siempre soñó con trabajar por una Euskadi libre, de mujeres y hombres libres», concluye.