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Lunes, 10 de mayo 2021, 13:41
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El objetivo de su comparecencia era erigir a EH Bildu en un «asidero sólido» frente al «desorden y la improvisación» actual que, a juicio de Arnaldo Otegi, impera en la gestión de la pandemia. Pero el coordinador general de la coalición soberanista no pudo esquivar la actualidad más inmediata: el histórico traspaso a Euskadi de Prisiones, que ayer sellaron en la Comisión Mixta de Transferencias el ministro de Política Territorial y Función Pública, Miquel Iceta, y el vicelehendakari primero, Josu Erkoreka.
Otegi consideró «una buena noticia» que Euskadi asuma, cuarenta años después, la competencia de la gestión de las cárceles. E incluso aplaudió a quienes así lo han «reivindicado» a lo largo de todo este tiempo porque, según defendió, precisamente la transferencia ha sido posible porque «así lo ha reivindicado este pueblo».
Consciente de las reticencias que despierta este traspaso pactado entre los gobiernos central y vasco -desde el PP, Cuca Gamarra y Ana Beltrán cargaron ayer contra Pedro Sánchez; igual que Inés Arrimadas desde Cs-, el dirigente de la izquierda abertzale quiso matizar, sin entrar en detalles técnicos, que la transferencia de Prisiones no supone asumir la política penitenciaria, ya que esta tarea seguirá siendo competencia del Estado.
En todo caso, Otegi consideró que este hito supone «un paso» no solo para los «presos políticos vascos, sino para todos los presos vascos». En este sentido, defendió que se pueden poner en marcha «otras dinámicas» en las tres cárceles vascas (Martutene, Zaballa y Basauri) y eso es, dijo, «muy positivo». «Se abre una oportunidad, no completa, pero sí una de demostrar que es posible hacer otra política con los presos», sostuvo.
El Foro Social Permanente también se pronunció al respecto y calificó de un «paso necesario en el contexto actual» el traspaso de Prisiones. Un acuerdo que «debería facilitar -defendieron desde el Foro- la aplicación de una política penitenciaria normalizada a las personas condenadas por delitos de motivación política y el fin de las medidas excepcionales aún vigentes».
Las reacciones al traspaso de Prisiones, como cabía esperar, llegaron también desde el otro lado de la balanza. El Colectivo de Víctimas del Terrorismo, Covite, advirtió a través de su presidenta, Consuelo Ordóñez, de que «vigilará rigurosamente» la gestión que se realice desde el Gobierno Vasco de la competencia una vez el Ejecutivo autonómico tenga potestad sobre ella a partir del próximo mes de octubre, con el objetivo de comprobar que «se cumpla la ley con los presos de ETA que cumplen condena en cárceles vascas». Además, la hermana de Gregorio Ordóñez tildó de «decepcionante» que los asuntos que afectan a los derechos de las víctimas del terrorismo «se aborden como una moneda de cambio».
Desde la coalición PP+Cs, Luis Gordillo exigió directamente que la competencia de Prisiones «no se convierta en un traje a medida para los presos de ETA».
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