La movilización electoral en Iparralde frena el avance de Le Pen
El apoyo nacionalista ensancha la victoria de Macron en el País Vasco-francés
ALBERTO SURIO
Lunes, 25 de abril 2022, 12:11
Iparralde ha vuelto a convertirse en un muro de contención de la extrema derecha en las elecciones presidenciales de ayer domingo en las que Emmanuel Macron se impuso con meridiana claridad, con un 64.5% de los votos frente al 34.5% de Marine Le Pen. La ultraderechista obtuvo 55.000 sufragios, aglutinó el voto que en la primera vuelta fue el extremista Éric Zemmour, y atrajo otros diez mil votos más en las aguas del descontento. Y el candidato-presidente superó la barrera de las cien mil papeletas. En esta ocasión, la movilización electoral ha sido determinante.
De hecho, Macron ha logrado en Iparralde seis puntos más de porcentaje de voto que en el resto de Francia, que se explica, en buena medida, por el aumento de la participación en una proporción muy similar, hasta el 75%. Para entender las claves de este triunfo arrollador hay que subrayar la influencia progresiva que tienen las opciones abertzales, en torno a un 10% del electorado, con una función cada vez más de bisagra, y que ha trastocado hace tiempo el paisaje político local y los equilibrios tradicionales. Los nacionalistas han sido decisivos para decantar la balanza y frenar una candidatura que se ha envuelto en en la bandera del nacional populismo antieuropeo.
La otra clave de los resultados de Macron ha sido la activación de una parte del electorado del izquierdista Jean-Luz Mélenchon, que quedó segundo en el País Vasco-francés en la primera vuelta hace 15 días. Un sector de esa sociología electoral, en especial los jóvenes universitarios, sí se han movilizado para parar a la ultraderecha en las urnas. El llamamiento al 'frente republicano' ha tenido aún eficacia en Iparralde, aunque la sombra de su erosión planea en el horizonte y cabalga como una amenaza de cara al futuro, con un diverso frente de descontentos que pueden complicar considerablemente los próximos cinco años del ganador en las urnas.
Otro de los factores que han provocado el desconcierto en el Departamento de los Pirineos Atlánticos es el movimiento del bearnés Jean Laserre, candidato a la Presidencia de la República en la primera vuelta, un centrista que se envuelve en la bandera de la Francia rural frente al establishment político convencional. Lasarre ha sorprendido al anunciar ahora antes de las elecciones del domingo que se iba a abstener en los comicios, lo que contraviene la consigna de voto republicano, hasta ahora un principio sagrado en el centrismo galo al que la ultraderecha le suena al imaginario colaboracionista del mariscal Petain. Pues Laserre ha roto el tabú y ha explicado su abstención como una denuncia frente a la dinámica de la campaña. Su gesto encierra calado y muestra quizá la punta del iceberg de un malestar más profundo con la polarización entre Macron y Le Pen, fruto de un sistema electoral que se basa en la elección del 'mal menor'.