Los moratones de podemos

Podemos no gana para disgustos. Las últimas bajas dejan al partido lleno de 'moratones'. Lo de Errejón fue la crónica de una ruptura anunciada. El divorcio entre Pablo Iglesias y su amigo del alma y exnúmero dos. Un adiós que llegó el mismo día en que Podemos celebraba su quinto aniversario. El portazo del que fuera secretario político provocó la enésima crisis, un partido fracturado y con grandes dudas sobre su futuro. Y por si esto fuera poco, justo a la semana siguiente, Ramón Espinar renuncia a todos sus cargos. Y ahonda aún más la brecha con su dimisión. Lo anunció a través de una carta publicada en Twitter. «No se dan las condiciones para llevar el proyecto de Podemos en Madrid hacia donde creo que debe dirigirse», señalaba en la misiva. El ya exsecretario general de la formación en Madrid optaba por no enfrentarse en las urnas a la candidatura de Errejón, contraviniendo los deseos de la dirección estatal. Un nuevo batacazo.

En todo caso, el cisma entre Iglesias y Errejón era algo que se veía venir. Porque Vistalegre II ya representó hace un año, pese al grito y al clamor de unidad, la ruptura entre los fundadores de la formación morada. El propio exsecretario político ha reconocido estos días que las discrepancias con la dirección de Podemos sobre su rumbo político, no son nuevas. Ni tampoco es un secreto que esas rencillas comenzaron en 2016, con los intentos de pacto con Pedro Sánchez.

Y en Euskadi, la crisis abierta en Madrid supuso un nuevo revés para la formación, que teme que estos conflictos afecten a su estabilidad interna. Cuatro dirigentes vascos analizan la difícil coyuntura que atraviesa el partido y defienden que Podemos es más que un territorio. Lander Martínez, Cristina Macazaga, Andeka Larrea y Patricia Rodiño defienden en estas páginas que Podemos es un proyecto en construcción que lo conforman miles de círculos, militantes, cargos públicos y «personas que se están dejando la piel por mejorar la vida de la gente». Y lo que realmente les ocupa y les quita el sueño de cara a las próximas elecciones forales y municipales «es el proyecto que proponemos».

1. Ver lo que sucede entre las compañeras y los compañeros de la Comunidad de Madrid en una difícil situación, es realmente lo último que la ciudadanía espera y necesita de nuestra organización. Por ello lo que toca en estos momentos es ser humilde, hacer autocrítica y además decir que lo sentimos de verdad. Como ante todo conflicto, lo que tiene que ir por delante es el diálogo, creo que también es lo que toca.

En Podemos Euskadi, por ejemplo, hemos sabido, con nuestras tensiones y nuestros errores, que lógicamente los ha habido, llegar a acuerdos entre formas de pensar diferentes. Y también hemos sido capaces de dejar las disputas internas al margen de una vez por todas. Vamos a seguir arreglando nuestras lógicas tensiones internas con acuerdos siempre que sea posible.

2. Ni mucho menos. Más allá de las polémicas que pueda haber en la Comunidad de Madrid, nosotros venimos trabajando mucho y bien en los barrios y municipios vascos para terminar por enraizarnos en los territorios. Tenemos unas elecciones que serán muy importantes para culminar ese proceso de asentamiento, y el proyecto, en Euskadi al menos, está fuerte. Seguiremos creciendo para luchar a favor de la igualdad, contra la corrupción y en la defensa de los derechos sociales.

3. No es una cuestión del número de partidos que haya. Podemos nació como un herramienta para el cambio, para devolver a la gente a las instituciones. Para eso es necesario un acuerdo entre fuerzas del cambio. Lo que nos está ocupando, preocupando y quitando el sueño de cara a las próximas elecciones forales y municipales es el proyecto que proponemos. Mientras de mí dependa vamos a seguir volcadas en lo que sin duda alguna fue el ADN del 15-M y de Podemos en sus inicios: lo social, la igualdad y la lucha contra el clientelismo y la corrupción.

1. Yo creo sinceramente que nada es irreconciliable si hay voluntad de todas las partes. Pero también considero que no me toca a mí opinar sobre si lo puede haber o no. En todo caso, pienso que toca matizar, que esto no es un cisma entre dos personas, ni un cisma en el partido.

Dicho esto, yo entiendo que los proyectos políticos tienen que ir más allá de las personas y los personalismos, y que toca superar diferencias en pro de trabajar al servicio de la ciudadanía. Espero que la ciudadanía de Madrid tenga un proyecto sólido al que votar que le dote de la mejor representación posible para construir el mejor gobierno posible. Creo firmemente que esta situación es un problema de Podemos en la comunidad de Madrid y no una 'pelea' entre Íñigo y Pablo.

2. El proyecto de Podemos no está todavía acabado, de hecho es un proyecto que continúa en construcción. Desde hace cinco años. Es un proyecto joven, que debemos seguir definiendo y afianzando entre todas para que mantenga el verdadero espíritu con el que nació, que no es otro que estar al servicio de la ciudadanía que, por otra parte, es lo que debe de motivar la construcción de cualquier partido político.

Podemos es un espacio político plural en el que muchas personas trabajamos para poner en el tablero político la mejora de las condiciones de vida de la gente y sus reivindicaciones: la subida de las pensiones, el aumento del SMI, la mejora de los servicios públicos, en la Educación y en la Sanidad públicas...

3. Nosotras estamos centradas en la política vasca y queremos construir desde Euskadi y para toda su gente. A mi juicio, no nos toca a nosotras hacer ningún análisis de la realidad política madrileña. No obstante, sí nos toca desear que allí, en Madrid, haya alternativa desde la izquierda que permita replicar un gobierno del cambio que garantice las mejores condiciones de gobierno para las madrileñas y los madrileños.

1. Desde Podemos Euskadi siempre hemos defendido y practicado el diálogo como herramienta de gestión de la diversidad interna y como lógica herramienta de debate. El resultado que hemos logrado en Euskadi demuestra que siempre es posible encontrar una solución incluso a los problemas o discrepancias más grandes. Pienso que el espacio político del cambio en Madrid, desde el respeto absoluto a las decisiones de mis compañeros allí, debe encontrar una opción electoral que sea satisfactoria para todas las personas que confían en el mismo.

2. No me parece que haya ninguna escisión. Lo que ha sucedido en la Comunidad de Madrid es, sin duda, una cuestión de importante calado político, pero Podemos es más que un territorio. Podemos lo conforman miles de círculos, militantes, cargos públicos, personas que en todos los territorios del Estado trabajan dejándose la piel por llevar la indignación de la calle a las instituciones y por mejorar la vida de la gente.

3. Hay un espacio progresista que tiene la capacidad de generar participación política y activar a las personas a sumarse a lo político desde lugares diferentes. Este lugar no es el que ofrecen partidos clásicos como el PSOE sino nuevas formas de hacer política. Podemos representa una de las expresiones de estas formas y ha sido el portavoz principal de las mismas.

1. Yo creo que siempre es deseable que las cosas se reconduzcan, y es posible desde un diálogo fraterno y sincero. Claramente estamos ante un tema difícil, pero creo que compete a los compañeros de la Comunidad de Madrid solucionarlo. Soy optimista y creo que harán lo necesario para solventarlo.

2. El proyecto de Podemos no está acabado y, si cabe después de esta crisis, puede salir más reforzado. Pero hay que hacer un análisis profundo y volver a los orígenes, volver a recuperar el objetivo que no es otro que construir un país mejor donde todo el mundo tiene cabida. Llevamos poco tiempo como partido y estas crisis creo que son normales y a veces hasta necesarias para hacer reajustes y seguir avanzando. Además, en Euskadi tenemos un proyecto consolidado, serio, que responde a la necesidades de la gente. En eso estamos y lo demostraremos en la municipales y forales.

3. La izquierda no se divide porque haya más partidos, todos pueden tener su espacio y además la pluralidad es buena. No hay que olvidar que mucha gente está cabreada con las fuerzas de izquierda y no está yendo a votar, a esa gente hay que convencerla porque participar y votar te da la oportunidad de expresar tus ideas. Las personas que nos representan en las instituciones tienen que escuchar a la ciudadanía, atender sus reivindicaciones, tienen que volver a ganarse la confianza de la gente.