«Que no caiga en el olvido, que se hable de la barbarie y el odio que nos truncó la vida»
Una treintena de víctimas del terrorismo reciben en Vitoria sus cuadernos de la memoria y San José les promete «acompañaros en vuestro dolor»
ConsolaciónNaranjo aguanta el tipo hasta que el dantzari levanta la pierna sobre las cabezas. Suena el aurresku de honor y la emoción le desborda. Tenía ... 10 años cuando ETA mató a su padre, José Naranjo, un policía municipal de Elorrio. Corría el año 1984 y Euskadi estaba anestesiada por el terror. Por eso ayer se desbordó poco después de que la periodista Eva Domaika anunciara el baile «icónico de los vascos, de honor y respeto, en su memoria». Consolación confiesa a este diario que «me costó la idea de venir, pero agradezco mucho el reconocimiento. He venido por mi padre, por mi madre y por mis seis hermanos».
Ella forma parte de una de las cuatro familias que ayer recogieron en persona su cuaderno de la memoria de manos de la consejera de Justicia y Derechos Humanos, María Jesús San José. Se entregaron ayer casi una treintena de dossiers para víctimas de ETA y los Comandos Autónomos Anticapitalistas, todos ellos de casos no resueltos. Hay más de tres centenares en que no hubo sentencia condenatoria. Participaron varias asociaciones de víctimas, como la Castilla y León, que estuvo representada por Sebastián Nogales, y la catalana, por José Vargas.
Durante el aurresku, otra mujer sigue el baile con el gesto emocionado. «Me casé en enero y a los siete meses me quedé viuda. Mi marido tenía 23 años y yo 25», rememora. Es María Jesús Monterroso, la esposa del guardia civil Agustín David Pascual, que murió víctima de una bomba trampa colocada por ETA en la vía férrea. Monterroso hizo un llamamiento a que «las víctimas no caigamos en el olvido» y lanzó un mensaje contra «el odio y la barbarie que truncó nuestras vidas».
Estos dossiers, impulsados por la Dirección de Derechos Humanos y Atención a Víctimas del Gobierno vasco –en colaboración con la AVT, representada ayer por la abogada Carmen Ladrón de Guevara– recogen la historia personal de cada asesinado, el contexto del crimen, el estado actual de los expedientes judiciales y material gráfico aportado por sus familias. Llevan también un mensaje institucional firmado por la consejera que expresa el reconocimiento oficial del Gobierno vasco y subraya la injusticia de su muerte. Desde 2021 en que comenzó la iniciativa, se han entregado unos 200 cuadernos. Domaika lamentó que «estas familias no han tenido justicia pero tienen derecho a la verdad».
Acto de reparación
San José se comprometió, ante los asistentes al acto celebrado en el vitoriano Palacio de Villasuso, y ante las familias de las 29 víctimas homenajeadas ayer a «acompañaros en vuestro dolor». En su intervención, subrayó que estos cuadernos son «mucho más que un homenaje simbólico. Representan un acto de reparación, una contribución al derecho a la verdad y una herramienta para educar en la memoria y los valores democráticos». También pidió «una memoria deslegitimadora de toda forma de violencia, crítica, sin relativismos ni equidistancias» y garantizar que «forme parte de la memoria colectiva».
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