El Fin del 'marianismo'
El foco ·
El adiós a la política de Soraya Sáenz de Santamaría, mano derecha del anterior presidente del Gobierno, supone el fin del 'marianismo' dentro. Este final ... ya se aventuraba desde el mismo momento en que Casado decidió apartarle a una esquina del grupo popular en el Congreso. Era una imagen que estaba lejos de aquella integración que se prometían después del cónclave popular, aunque bien es cierto que la 'vice' no pudo o no supo defender su terreno dentro del partido, después de haber logrado un 43% de los votos en el pulso con Casado. Sáenz de Santamaría, que llegó a poner su bolso en el escaño de Rajoy, mientras el aún presidente se despedía de sus amigos en un restaurante cercano al Congreso, ha digerido la soledad de su derrota en un partido que nunca llegó a controlar porque ella, según llegó a decir más de una vez, estaba en el Gobierno. Y en política esas posturas de desafección pasan factura. No llegó a entenderse con el actual presidente del partido que, por contra, sí conoce desde joven los recovecos de Génova. Su marcha deja huérfana de primeras figuras la corriente liberal que siempre hizo gala Santamaría y de la que Casado no debería alejarse mucho si aspira a recuperar el Gobierno. Los populares vascos, 'sorayistas' hasta la médula antes del congreso, le despidieron con gratitud y bien pueden ser los herederos de ese espíritu moderado en el nuevo PP. Pocos pensaban aquel 1 de junio, fecha en la que se materializó la moción de censura que tumbó a Rajoy, que en menos de tres meses la consecuencia de aquella reprobación iba a dejar fuera de la circulación política a Rajoy, a su vicepresidenta y a la secretaria general del partido, María Dolores de Cospedal, a la que sólo le queda su escaño del Congreso.
Pero la jornada para Casado tampoco fue fácil porque tuvo que defender ni más ni menos la presunción de inocencia de la ministra socialista Montón, implicada también en supuestas irregularidades con un máster en la misma universidad donde el propio líder del PP logró un título académico similar que el Tribunal Supremo deberá decidir si lo investiga. Una sombra que acecha y sigue ahí.
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