«El Jefe de la Casa Real contó ya en 1991 que el Rey tenía 5.000 millones en Suiza»
Los autores de 'El Jefe de los Espías' desvelan que Manglano, director del Cesid entre 1981 y 1995, documentó las infidelidades y los cobros irregulares de Juan Carlos I
Manglano documentó las infidelidades del Rey, incluidos dos intentos de chantaje de Bárbara Rey, y algunos de los ingresos irregulares de monarca. Así lo desvelan ... los periodistas Juan Fernández-Miranda –adjunto a la dirección de ABC– y Javier Chicote –doctor en Periodismo por la Complutense– en el libro «El Jefe de los Espías» (Editorial Roca), presentado ayer en el Club Cantábrico de Donostia. Se trata de un pormenorizado recorrido por el archivo personal de Emilio Alonso Manglano, director del Centro Superior de Información de la Defensa (Cesid) entre 1981 y 1995.
– ¿Cómo accedieron al archivo personal de Manglano?
– Fue iniciativa de sus hijos, que tenían la sensación de que la figura de su padre no había sido tratada como merecía.
– ¿Cómo definirían a Manglano?
– Fue la persona mejor informada del país durante veinte años. Es la letra B de la historia de España. Su figura es compleja. Es el padre de los servicios de inteligencia españoles y los situó a la altura de los de cualquier otro país occidental. Este es un valor que no se le ha reconocido.
«Manglano escribe en sus archivos ingresos irregulares y dos intentos de chantaje de Bárbara Rey»
– ¿Qué secreto les ha conmocionado más?
– Quizá lo más grave sea la revelación que le hace el ministro Antoni Asunción a Manglano en relación a un paquete bomba que le estalló a un cartero en Errenteria, José Antonio Cardosa, de 22 años. Asunción, que había dimitido tras la fuga de Roldán, se citó para comer con Manglano y, entre otras cosas, le cuenta que ese paquete iba dirigido al domicilio de un dirigente de HB. La orden, según Asunción, la dio la cúpula del Ministerio del Interior, cuyo titular en aquel momento era José Luis Corcuera. Hay que tener en cuenta que Asunción sucedió a Corcuera, luego tenía mucha información. La investigación se archivó por falta de autor conocido.
–¿Quedan cuestiones ocultas por salir a la luz con capacidad para hacer tambalear al Estado o ya estamos curados de espanto?
– El libro cuenta hechos muy relevantes y graves, pero esa etapa está superada. En la cuarta legislatura de Felipe González (1993-1996) hubo un gran chantaje contra el presidente del Gobierno y por extensión contra el Rey. Había hasta nombre para el presidente de la República que iba a nacer, Antonio García Trevijano. Ahora estamos en un segundo arreón, protagonizado por Podemos y los independentistas, pero la Monarquía aguanta, aunque debe ser consciente de que si se produce otro error de ejemplaridad lo va a tener difícil.
– ¿De los papeles de Manglano se infiere que el rey emérito ya entonces mantuvo relaciones fuera del matrimonio y que recibió ingresos irregulares?
– Sí. Manglano tenía línea directa con el rey Juan Carlos y gozaba de su confianza. Manglano no apuntaba cotilleos, solo aquellas historias que afectaban a la estabilidad del matrimonio del Rey y la reina Sofía. También registró que Sabino Fernández Campos estaba contando ya en 1991 a determinados periodistas que el Rey tenía 5.000 millones de pesetas en Suiza o que un testaferro estaba cobrando dinero por la venta de petróleo. El origen de la situación actual está plenamente documentado en aquel tiempo porque Manglano lo vivió en directo, pero hubo un pacto de silencio para que no saliera a la luz.
«Asunción contó que la orden de enviar una carta bomba a un miembro de HB y que mató a un cartero la dio Interior»
– Registró incluso los chantajes de Bárbara Rey.
– De hecho, apunta dos intentos de chantaje.
–¿Qué papel tuvo el Cesid en la lucha contra ETA?
– No contaba con una buena red de contactos. Sí es verdad que había un agente del Cesid en el cuartel de Intxaurrondo, pero poco más. En el archivo de Manglano aparece que el Cesid propuso a Felipe González actuar contra toda la cúpula de ETA en Francia. Además, Rafael Vera, cuando vuelve de Argel, se sienta con Manglano y le cuenta lo allí ocurrido. Sin embargo, el Cesid no contaba con el nivel de información de la Guardia Civil o de la Policía Nacional.
– En su libro se señala que ETA intentó asesinar a Manglano.
– Un confidente escuchó en Francia que ETA preparaba un atentado. Dos mujeres jóvenes le estaban haciendo seguimiento cerca de su casa.
«Salió por la puerta de atrás por las grabaciones que dio a conocer Perote y por las escuchas en la sede de HB de Vitoria»
– Dimitió entre acusaciones por escuchas ilegales y de participar en la guerra sucia del GAL. No se salvó de las intrigas.
– Salió por la puerta de atrás. Dimitió en junio de 1995 porque trascienden las grabaciones del Cesid. Su número dos, Juan Alberto Perote, las saca de allí y se las pasa a Mario Conde y este las filtra a la prensa. También se le implicó y juzgó por las escuchas de la sede de HB en Vitoria. Como jefe de la inteligencia se manchó de barro, pero no fue una pieza más de la época turbia del felipismo, que es como ha pasado a la historia.
– ¿Cuál fue el momento más delicado de la transición?
– Salvado el 23-F, la etapa más peligrosa fue sin duda la legislatura 1993-1996, cuando se produce el gran chantaje de Mario Conde y Perote, que pusieron en jaque al Estado. Fueron unos años donde salieron a la luz escándalos de todo tipo, como Roldán, Ibercorp, el caso Crillon, los fondos reservados... Esa melé de corrupción colocó al felipismo contra las cuerdas y por extensión al Rey. En aquellos momentos todo estuvo a punto de irse al garete.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión