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A. SURIO
SAN SEBASTIÁN.
Domingo, 14 de octubre 2018, 08:42
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Irun se ha convertido en el verdadero talón de Aquiles del futuro mapa de alianzas tras las elecciones municipales y forales de mayo. El último movimiento ha sido la decisión del pleno del Ayuntamiento -con los votos a favor del PNV, la plataforma 'Sí se puede Irun', impulsada por Podemos, y EH Bildu- de criticar con dureza al alcalde socialista José Antonio Santano, por haber cesado al delegado de Urbanismo, el jeltzale Xabier Iridoy, por «pérdida total de confianza». Después del trabajo realizado por una comisión de investigación en la que los tres partidos críticos con Santano tienen la mayoría absoluta y han sacado adelante sus tesis, el pleno de Irun interpretó que el alcalde había actuado en este asunto «con mala fe». Los socialistas ven detrás de esta estrategia «un descarado ejercicio de desgaste» que abre la pugna electoral por la alcaldía.
La exigencia de dimisión de Santano por parte del PNV y la campaña de pasquines de la plataforma afín a Podemos -en la que le acusan de «mentir» -anticipan el paisaje que viene: una cruda guerra política local que fuerza al candidato socialista a la reelección a obtener la mayoría absoluta en los próximos comicios si quiere conservar la alcaldía. O al menos que el PNV, EH Bildu y Podemos no logren la mayoría absoluta en la futura corporación.
La posibilidad de que esta mayoría hostil a Santano se una en una futura legislatura para desplazar a la fuerza más votada es una hipótesis que manejan los socialistas, que admiten que podría desestabilizar los pactos.
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