Al final el PP vasco que lidera Alfonso Alonso, uno de los pocos 'sorayos' que conviven en la constelación de Casado, sacará las castañas del ... fuego al Gobierno de Urkullu para materializar las principales medidas económicas -incremento del sueldo de los funcionarios públicos y subida de la RGI- que quedaron en el tintero después de que la oposición frustrara los Presupuestos del gabinete PNV-PSE. El lehendakari, que en su primer año como jefe del Ejecutivo ya le devolvieron su proyecto financiero, encajó con deportividad este revés que ya intuía que le iban a endosar desde el mismo momento en que su partido pulsó el botón nuclear para desalojar a Rajoy de la Moncloa el pasado 1 de junio. Para ambas partes no ha sido nada difícil volver a andar los desandado, sobre todo después de que los populares vascos ejercieran de leales socios preferentes en los dos anteriores ejercicios.
Alfonso Alonso, que busca forjar en Euskadi una imagen del partido alejado de las frases gruesas que entrecomillan ilustres dirigentes de Génova que no se esconden de los pactos con la ultraderecha de Vox, no ha dudado en estrechar la mano de Urkullu para dar estabilidad a la gestión diaria de Euskadi, después de que el lehendakari no pudiera vencer en la frustrada negociación presupuestaria los históricos recelos que los jeltzales mantienen con la izquierda abertzale cuando se trata de los asuntos del comer.
El divorcio entre populares y el gabinete de Urkullu ha durado poco, a pesar de las heridas sangrantes que la caída de Rajoy supuso en las filas conservadoras. Y es que Alonso, que quiere imponer la moderación y sus tendencias pactistas en Euskadi para salvar los muebles del partido en los próximos comicios, no se ha querido esconder en unos momentos tan delicados para su partido, en los que el exministro de Sanidad y el mismísimo Feijóo están siendo puestos en el foco de los más esencialistas casadistas porque están aireando sus críticas a los acuerdos con la ultra de Vox. El presidente gallego, hasta ahora escondido en una desesperante discreción, ha decidido enfrentarse con Casado. Sin duda, habrá más emociones. Seguro.
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