El Gobierno Vasco reforzará su presencia en Bruselas y Washington ante «una nueva era incierta y compleja»

El secretario general de Acción Exterior y Euskadi Global, Ander Caballero, ha comparecido este miércoles ante el Parlamento Vasco para desgranar los planes de su departamento, dependiente de Lehendakaritza. Se trata del máximo responsable de la internacionalización vasca y, por tanto, de la red de delegaciones de Euskadi por el mundo, que actualmente emplea a más de 60 personas y cuenta con siete sedes: Madrid, Bruselas (para la UE), París, Nueva York, Ciudad de México, Buenos Aires (para Mercosur) y Santiago de Chile (sirve también para Perú y Colombia).

En su comparecencia, Caballero ha subrayado la necesidad de adaptar esa estructura para «afrontar con garantías los cambios en el escenario internacional» y ha puesto el foco en «reforzar» dos de esas 'embajadas': la de Bruselas, de manera que Euskadi tome «parte activa» en un momento de «intersección vital» en el que Europa se juega su futuro; y la de Estados Unidos, máxime con la guerra comercial desatada tras el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca. La sede en suelo norteamericano está en Nueva York, pero ahora se buscará una «presencia directa» en la capital, Washington DC.

Al menos a corto plazo, el Ejecutivo autonómico no prevé la apertura de nuevas delegaciones, aunque sí pone de manifiesto que hay que empezar a prestar atención a otras latitudes del mundo «no exploradas» hasta ahora. Caballero ha incidido particularmente en Asia, donde Euskadi aspira a «ganar protagonismo» dada su creciente importancia en el orden mundial, especialmente por China. «Debemos tomar parte. Es un proceso de reflexión que se está dando y al que tenemos que ir adaptándonos», ha abundado el responsable exterior.

Más allá de la actualización de la estructura exterior, el Gabinete Pradales se propone otros objetivos como la consecución de la Macrorregión Atlántica dentro de la UE –una de las grandes aspiraciones impulsadas por el anterior lehendakari, Iñigo Urkullu, quien ahora está promoviendo un 'lobby' europeísta–, «reforzar» alianzas estratégicas y «redefinir» la relación con la diáspora vasca. Sobre este último punto ha abundado Caballero: «Deben ser nuestros ojos y oídos en el mundo para que compartan su conocimiento y nos ayuden a descubrir oportunidades».

Los planes del Gobierno Vasco en materia exterior lógicamente han recibido el aval de PNV y PSE-EE, pero también de la principal fuerza de la oposición. EH Bildu ha reconocido que «la música suena bien» y ha mostrado su disposición a colaborar, aunque el parlamentario Igor Zulaika ha llamado a «pisar el acelerador para que la legislatura no se dé por perdida». El jeltzale Eneko Arruabarrena ha recordado que la internacionalización es una «prioridad» de Pradales desde su llegada al cargo y el socialista Jorge Juez ha subrayado la necesidad de «fortalecer alianzas y tejer nuevas redes».

Por el contrario, el PP ha lanzado severas críticas a la acción de un departamento cuya mera existencia no alcanza a comprender. «Gastar 13 millones de euros al año es un despilfarro. Nos sale muy cara la agenda vasca que PNV y PSE-EE llevan inventándose desde hace mucho tiempo», ha censurado Ainhoa Domaica. La representante popular considera que el trabajo de las delegaciones de Euskadi en el extranjero «no se traduce en que los Vascos vivamos mejor».