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Génova ya está moviendo los hilos para desatascar la situación de interinidad que vive el PP vasco desde finales de febrero, cuando un derrotado Alfonso ... Alonso decía adiós a la política tras perder la batalla contra la dirección nacional. Más de siete meses después de aquel episodio que removió la paz interna del partido, Pablo Casado ya está ideando la fórmula para renovar la dirección de los populares en Euskadi y tratar de descabalgar del poder a Amaya Fernández, próxima al sector 'sorayista' y quien cogió la riendas de la formación en funciones tras la dimisión de Alonso. Y la apuesta de Génova es clara: quiere a Carlos Iturgaiz como próximo presidente del PP vasco para abordar con estabilidad un periodo de transición.
Según fuentes solventes, la dirección nacional del PP está empujando la convocatoria de una junta directiva extraordinaria para apuntalar a Iturgaiz -ahora presidente del grupo parlamentario PP+Cs- como nuevo líder de la formación antes de que se convoque el congreso regional que, en todo caso, deberá ratificar su designación o la de cualquier otro que se presente como candidato.
La estrategia pasa por normalizar el mandato en la dirección popular vasca -«pasar de la interinidad a la normalidad cuanto antes», como proclama el propio Iturgaiz- después de que el escenario de crisis sanitaria haya roto por completo los esquemas que tenía Génova, que ve cómo la pandemia pospondrá el congreso autonómico hasta el año que viene.
Por eso, la idea de Casado es aplicar al artículo 40.1.m de los estatutos del partido, que sostiene que el comité ejecutivo (en este caso regional) deberá elegir a quien tenga que dirigir el partido en el caso de dimisión o fallecimiento del presidente, «elevando dicha propuesta a su junta directiva correspondiente». Un camino por el que ya transitaron el propio Alfonso Alonso y Arantza Quiroga anteriormente como presidentes del PP vasco -y antes de sus respectivos cónclaves-, pero no así Amaya Fernández, a quien además le corresponde ahora convocar al órgano interno. Aún no hay fecha para ello, aunque se espera que el PP vasco asuma la reconstrucción de su dirección este mismo otoño.
paso previo
respaldo
el calendario
Que Génova sitúe a Iturgaiz como favorito, sin embargo, no le garantiza el liderato. Deberá pasar por la votación de los integrantes de la junta directiva; de la misma manera que lo podría hacer la propia Fernández si da un paso al frente para pugnar por el cargo. Precisamente ambos dirigentes ya han desfilado en las últimas semanas por la sede principal del partido en Madrid.
Iturgaiz, que ya ha mostrado su predisposición a asumir el encargo, volvió al escenario político vasco como sustituto de Alonso por petición propia de Casado, que veía cómo la dirección del PP vasco se le revolvía en su contra tras las disputas abiertas con el exministro de Sanidad a cuenta de la coalición electoral con Ciudadanos. Desde entonces, Génova ha apostado por que Iturgaiz se haga con todo el mando y no romper así en una bicefalia el poder interno para dotar de estabilidad orgánica al partido una vez ha arrancado la nueva legislatura.
Sin embargo, el expresidente del PP vasco -lo fue entre 1996 y 2004- tampoco despierta la simpatía de todos los integrantes del partido en Euskadi, que ven en su figura una vuelta a las esencias más 'aznaristas' del PP. Sin embargo, Génova cree que Iturgaiz puede aglutinar, en una fase de transición, las diferentes sensibilidades del partido en sus horas más bajas. A nadie se le escapa, además, que con el respaldo de la dirección nacional, Iturgaiz tiene el camino despejado. En todo caso, el trámite de la junta directiva solo es un paso previo al congreso regional, aunque normalmente la afiliación siempre ratifica y da su plácet al presidente elegido por la ejecutiva del partido.
A la espera. Así se mantiene el PP de Gipuzkoa, también en funciones desde principios de año. En el partido, sin embargo, entienden que primero habrá que desatar el nudo en el PP vasco antes de abordar la renovación de su dirección. La cúpula de los populares guipuzcoanos se quedó descabezada a finales de enero, cuando Borja Sémper anunciaba para sorpresa de muchos que dimitía como líder de la formación para emprender una vida nueva en la empresa privada. Fue José Luis Arrúe quien asumió entonces el mando en funciones después de varios intentos frustrados del propio Sémper, que quería situar a Borja Corominas como su sustituto. Fórmula que cortó sin paliativos la dirección nacional del PP, con visita de un miembro de Génova a Donostia incluida para evitar hasta en dos ocasiones el nombramiento del concejal de San Sebastián como líder interino. Lo hicieron tan solo unos minutos antes de que la junta directiva del PP guipuzcoano procediera a designarle como presidente en funciones, lo que provocó directamente la renuncia de Corominas. El congreso territorial, sin embargo, ni tiene fecha, ni parece que vaya a tenerla a corto plazo.
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