Elisa Mouliaá se pronuncia tras denunciar a Errejón: «Yo estaba ilusionada con Iñigo, le tenía en un pedestal»
La actriz ha querido salir al paso «de los neandertales que dicen que debía estar en mi casa con mi hija y marido un sábado de septiembre»
La actriz y presentadora Elisa Mouliaá, que el pasado jueves acudió a una comisaria de Madrid para denunciar al ya exportavoz parlamentario de Sumar Iñigo Errejón, ha salido al paso de algunos comentarios en redes sociales que le achacaban que debía estar en casa cuidando de su hija la noche en la que, según ha declarado a la policía, el político la agredió sexualmente.
Los hechos se remiten a septiembre de 2021 cuando Elisa Mouliaá acudió a la presentación de un libro de Iñigo Errejón, tras la cuál ambos se desplazaron a una fiesta en el domicilio de unos amigos de la actriz. Fue en ese inmueble cuando, según el testimonio de Elisa Mouliáa, comenzaron las actitudes de acoso y agresión sexual por parte de Iñigo Errejón, que continuaron posteriormente en el domicilio del político y coincidieron con una noche en que la hija de la actriz tenía fiebre, lo que suscitó una serie de mensajes en redes sociales hacia Elisa Mouliaá ante los que ha salido al paso este sábado en su perfil de Twitter.
«Por aclarar mensajes a los neandertales que dicen que debía estar en mi casa con mi hija y marido un sábado de septiembre: Una mujer puede salir de fiesta con sus amigos si le da la gana cuando quiera y sin que la juzguen, teniendo o no marido, estamos en 2024.
Aun así, mi marido yo estábamos separados y en proceso de divorcio que finalmente se formalizó de forma amistosa a principios del 23.
Yo estaba ilusionada con Iñigo, le tenía en un pedestal... pensé que podía ser una historia de amor preciosa, pero en lugar de encontrarme con algo romántico me encontré con una persona que lo único que quería era tocar mi cuerpo y meterme la lengua.
Acabé en su casa porque me dijo que el coche nos estaba esperando desde hacia 5 minutos y teníamos que irnos, y en su casa le dije que me iba de ahí, primero porque en el taxi me habían llamado diciendo que me hija tenía fiebre y si me estaba sintiendo mal eso lo empeoraba más y segundo porque era todo invasivo e incómodo.
Hay pruebas, como la captura a de la conversación posterior a ese día con mi amiga donde le decía lo invadida que me había sentido«, ha publicado en su perfil», ha relatado.
Además, al mensaje de un usuario de que «debería haber denunciado hace tres años y no ahora», Mouliaá ha señalado que ha hablado «después haya estallado todo con miles de denuncias anónimas, para apoyar la investigación y para que otras víctimas den el paso». «Espero que nunca nadie con poder abuse de ti para que no sientas el miedo de hablar jamás. Un abrazo», ha concluido en su respuesta.
La denunciante, contó en su declaración a la policía, llevaba un año hablando con el político a través de la aplicación de Instagram y posteriormente en Telegram. El día de los hechos, a finales de septiembre de 2021, coincidieron ambos en la presentación del libro de Errejón, quien había invitado a Mouliaá de forma previa. Tras tomar una cerveza en un bar, ambos se desplazaron, a propuesta de Mouliáa, a una fiesta en casa de unos amigos por la zona de Alonso Cano, en el distrito de Chamberí de Madrid.
El entonces diputado, para sorpresa de ella, le dijo que sí, que quería ir y solicitó un coche para desplazarse a la casa. En el interior del vehículo, de camino a la fiesta, el denunciado cambió de actitud y, en tono dominante, le dijo que le iba a imponer tres reglas: «Que no se alejase mucho de él esa noche, que si lo hacia no fuese a más de 20 metros de él y regresase, y la tercera que le diese un beso».
Mouliaá, señala el atestado, «se sintió violentada y cortada si bien decidió guardar silencio por ser quien era». Nada más acceder al edificio de Alonso Cano, dentro del ascensor, Errejón le dijo: «La tercera regla la voy a romper ahora mismo». Entonces, agarró a la chica entonces de 21 años por la cintura y la comenzó a besar, «introduciendo su lengua en el interior de su boca, dejándola sin respiración y de una forma violenta«. Había invadido su espacio «haciendo que la misma se sintiese muy intimidada».
Entraron en la casa, comenzaron a beber y departir con el resto de invitados y cuando Mouliaá empezó a bailar con un amigo suyo una canción de Los Secretos, Errejón, en un «ataque de celos», la cogió del brazo y se la llevó a seis metros, por un pasillo, hasta introducirla en el interior de una habitación de la vivienda.
Según recoge la denuncia, éste «cerró la puerta con pestillo para impedir que ella pudiera escapar, la comenzó a besar y tocar por distintas partes de su cuerpo, sobre todo la zona de los pechos y de los glúteos, no pudiendo concretar si por encima o por debajo de la ropa. Llegó a quitarle el sujetador al tiempo que le decía las frases lascivas del tipo: 'cómo me pones'. Todos estos hechos ocurrieron sin el consentimiento de la denunciante».
Acto seguido, empujó a la chica sobre la cama y el denunciado «se sacó su miembro viril, comenzando a lamer la zona de los pechos de ella». Mouliaá, declaró ante la Policía, se sintió «paralizada y no consintió nada de lo que sucedió», y luego le dijo a Errejón que quería seguir en la fiesta porque uno de sus amigos se había quedado solo. Él le respondió que salía de la habitación «con la condición de que en 20 minutos ambos se tenían que ir de allí a casa» del diputado y que tenía intención de avisar a un taxi para desplazarse.
Todos estos hechos en la habitación duraron unos 20 minutos y ella, recuerda ahora, accedió a irse de la fiesta con la intención de que «todo lo que estaba sucediendo terminara cuanto antes». Errejón agarró la chaqueta de la denunciante y se la puso con mucha celeridad, al tiempo que le decía: 'Vamos, date prisa, que el coche lleva cinco minutos esperando'«.
Cuando se dirigían a la casa del exdirigente de Sumar, a mitad de trayecto, Mouliaá recibió una llamada de su padre Ignacio, en la que le dijo que su hija de un año de edad en ese momento tenía 40 grados de fiebre. Pese a ello, ambos siguieron a la vivienda y una vez dentro él comenzó de nuevo a besarla y tocarle los pechos y los glúteos por fuera de la ropa. Ella le dijo que estaba siendo «muy incómodo y que estaba preocupada» por su hija, y que «todo lo sucedido le estaba pareciendo muy violento». A lo que Errejón le contestó: «Solo sí es sí, parece mentira que me esté pasando esto contigo».
Mouliaá le rebatió diciendo «si no sabía lo que era la seducción, los tiempos y la escucha», a los que él le contestó dándole las gracias y diciendo que eso le iba a servir para futuros encuentros. Una respuesta que provocó «sorpresa, repulsión y decepción» en la joven.