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Desarmar el lenguaje

El foco ·

Javier Roldán Moré

San Sebastián

Viernes, 8 de febrero 2019, 08:25

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La aparición de la figura de un relator en la mesa de partidos catalana, con el aval del Gobierno de Sánchez, ha provocado una nueva ... vuelta de tuerca en el beligerante lenguaje que está utilizando el líder del PP, Pablo Casado, para desacreditar al inquilino de la Moncloa. Los términos de trazo grueso -como «felón», «traidor», «irresponsable», «mentiroso compulsivo», «incompetente», «mediocre» y «okupa», entre otros improperios- que está empleando el líder popular para descalificar a Sánchez no pueden ser el mejor ejemplo de la cortesía con la que la política debería desenvolverse en todos sus casos, por muy enervantes que pudieran ser. El ejemplo que se está dando a la sociedad en la escenificación de la crítica está siendo pésimo. La discrepancia y la crítica entre quienes son máximos dirigentes del panorama político no debería traspasar las líneas rojas del respeto y de la consideración. En los últimos días, principalmente desde la derecha española, el diapasón de las gruesas palabras sube de intensidad al mismo tiempo que se observa con inquietud una preocupante ausencia de propuestas para resolver el problema catalán que, al margen de lo que el juicio del procés sentencie, tiene un innegable origen político. Como también es necesario utilizar con prudencia el legítimo recurso de la movilización callejera para exhibir el rechazo a cualquier acción de gobierno. Puede ser peligroso 'venezuelizar' la pugna política y trasladarla a la calle porque, sencillamente, no cabe la comparación.

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