Colectivos de familiares de presos de ETA dan por finalizada la dispersión

«Prácticamente el alejamiento ha acabado ya», aseguran mientras recuerdan que el traslado a cárceles vascas de cuatro internos de esos catorce, recluidos en Mansilla, la prisión de León, fue acordado por Instituciones Penitenciarias con la aprobación del Gobierno Vasco, el pasado 16 de diciembre. Cuando sean efectivos, la cifra se reducirá a tan solo diez presos del colectivo EPPK que aún permanecen en prisiones de fuera de Euskadi. En Navarra se hallan internos otros doce reclusos de la banda.

Fuentes de Etxerat y de la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT) auguran que esos traslados pendientes no se realizarán de una vez, sino en dos tandas, y que podrán materializarse, en un primer grupo, este mismo mes de enero, y en el caso del segundo, en las próximas semanas de febrero o marzo. Las previsiones de la asociación que lidera Maite Araluce, que llevaba meses anunciando que los presos de ETA estarían en cárceles vascas para Navidad, no se han cumplido exactamente. Según remarca fuentes de esa asociación, «el Gobierno ha parado el ritmo que llevaba para no darnos la razón». La AVT, muy crítica con estos acercamientos, recuerda que desde el principio advirtieron de que «la nueva política penitenciara del Gobierno de Sánchez estaba destinada a derogar la política de dispersión, cosa que siempre se nos ha negado, pero que es evidente que era así».

Además de estos reclusos habría otra docena de internos fuera del paraguas del colectivo EPPK que o bien son de ATA –es el caso de Iñaki Bilbao, Kepa Preciado, Aitor Cotano y Garikoitz Etxeberria– y otros que han decidido hacer su recorrido individual alejados de la relación con Etxerat.

El mapa de los reclusos que han pertenecido a la banda terrorista, según Etxerat, sitúa a dos internos en cada una de las prisiones de Zaragoza, Dueñas y Logroño, y uno en las de Cantabria, Madrid II, Soria y Estremera, la más alejada, a 520 kilómetros de distancia, donde se encuentra presa Irantzu Gallastegi Sodupe. Entre los exdirigentes de ETA acercados en 2022 figuran algunos con largo historial criminal como Xabier García Gaztelu, 'Txapote', o Henri Parot.

Los datos facilitados tanto por Etxerat como por la AVT revelan que el 92%, si se contabiliza Navarra, han sido ya acercados a prisiones de sus entornos familiares.

El Ejecutivo vasco, que asumió las competencias penitenciarias en octubre de 2021, ha aprobado además el pasado año un total de 32 terceros grados a presos de ETA, si bien la Fiscalía de la Audiencia Nacional –órgano que sigue siendo competente en la materia– ha recurrido 22 de ellos (68%).

Desde octubre de 2018, el Gobierno de Pedro Sánchez había aprobado por decisión de Instituciones Penitenciarias, dependiente del Ministerio del Interior, un total de 27 progresiones a tercer grado para presos etarras, es decir, cinco menos que las autorizadas por el Ejecutivo vasco en el último año.

En la estadística del Gobierno central no se incluye las semilibertades de Olga Sanz y Javier Moreno, aprobadas en la etapa del PP pero ejecutados por el actual Ejecutivo en el verano de 2018.

De los 22 recursos contra terceros grados del Gobierno Vasco, la Audiencia Nacional ha revocado ya seis y otros cuatro han sido inadmitidos, quedando por resolver 12 progresiones de clasificación penitenciaria a alguna de las modalidades de semilibertad que contempla el reglamento penitenciario. En el caso del Gobierno central, se han revocado dos terceros grados.

Según los datos del Observatorio de la AVT, desde la llegada de Sánchez al Gobierno se han aprobado 370 traslados –166 a prisiones vascas y otros 20 a Navarra– que afectan a 203 reclusos de ETA.