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ÓSCAR B. DE OTÁLORA
Miércoles, 13 de diciembre 2017, 18:31
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Que unos sepulcros policromados del siglo XVI obliguen a intervenir a las fuerzas antidisturbios parece más propio de un guión de Berlanga que de la realidad política pero en Cataluña es lo que ha sucedido en las últimas horas. El 'affaire Sijena', en este sentido, reúne la historia de España desde la Edad Media y la condensa en una disputa territorial por la venta de unas obras de arte realizada por unas monjas en los años 80. Estas son las claves del conflicto:
¿Dónde comienza todo?
El origen de esta disputa se encuentra en el monasterio de Villanueva de Sijena, un pueblo aragonés situado cerca del límite con Cataluña. Este edificio religioso había sido edificado en la Edad Media y se convirtió en el centro en el que se recluyeron muchas damas de la nobleza aragonesa que formaban parte de las Hermanas de San Juan de Jerusalén, también conocida como la orden de Malta. Este es el motivo por el que consiguió reunir una gran cantidad de obras de arte, fruto de las donaciones realizadas por la aristocracia de la época. Durante la Edad Media el templo se vio envuelto en diversos conflictos dinásticos que les llevaron a perder influencia. En la desamortización de Mendizábal, en el siglo XIX, perdió gran parte de sus posesiones. La decadencia se acentuaría tras la Guerra Civil, ya que el monasterio fue saqueado e incendiado por milicianos. En 1982 las hermanas vendieron parte de su patrimonio a la Generalitat antes de abandonar el edificio, con lo se dio origen a la disputa actual. Hoy en día, el monasterio está ocupado por otra orden, la comunidad de las hermanas de Belén, una congregación creada en Francia en los 50.
La disputa legal
Las obras de arte se enviaron a Cataluña en tres tandas. En 1982, las hermanas de la orden de Malta vendieron 44 piezas a la Generalitat por 66 millones de pesetas. En 1992 y 1995 se deshicieron de otras 52 obras de parte por 39 millones. El Gobierno de Aragón, al tener conocimiento de la venta, solicitó ejercer su derecho de tanteo, es decir, tener una opción de compra en atención a su relación anterior con el templo. El Ejecutivo catalán se negó y la causa llegó al Tribunal Constitucional. Los jueces rechazaron las pretensiones de Aragón respecto al tanteo pero no analizaron el proceso legal de la venta. El ayuntamiento de Villanueva de Sijena y el Gobierno de Zaragoza iniciaron otra vía legal y en esta ocasión un juzgado de Huesca les dio la razón. La venta, según la sentencia, había sido nula de pleno derecho y las obras debían regresar al monasterio. Un total de 53 fueron devueltas en 2015 y quedaban 44 que son el actual objeto de confrontación. El Ministerio de Cultura, en aplicación del artículo 155 por el que se suspendió la autonomía, ha ordenado su retorno a Aragón ya que la Generalitat siempre se ha negado a cumplir la sentencia.
¿Qué obras dan pie a la disputa?
Las principales obras en litigio se encontraban expuestas en el Museo Diocesano de Lleida. Tienen una especial importancia tres sepulcros de madera prolicromada de otras tantas prioras del monasterio, fechados en el siglo XVI. Además, hay seis relieves en alabastro del escultor francés Gabriel Joly, de la misma época. Ya fuera de la exposición pero también afectadas por la sentencia que impone la devolución, hay varios cuadros religiosos fechados entre el siglo XVI- XVIII. Estos son los objetos que la Guardia Civil va a custodiar hasta su regreso al convento de Sijena. Al parecer, de las 44 obras pendientes no ha sido posible localizar un lienzo, que el museo de Lleida dice haber extraviado.
Los actores en conflicto
La Generalitat siempre ha defendido que la compra fue legal y que tiene derecho a quedarse las obras por ello ha rechazado de plano las sentencias legales que le obligaban a que las piezas retornen a Sijena. Los partidos nacionalistas, en plena campaña electoral, han utilizado la devolución de las obras a Aragón -en aplicación del artículo 155- como uno más de sus argumentos victimistas. En la otra parte se encuentra el Gobierno de Aragón, que históricamente ha reclamado las piezas, y la asociación 'Sijena Sí', un grupo cultural que ha mantenido la llama de la reclamación de las obras. El pueblo de Villanueva de Sijena, en este sentido, organizó ayer una fiesta con cava aragonés para celebrar la devolución de las piezas.
¿Existen otras reclamaciones?
Además de las obras de arte de Sijena, la diócesis de Barbastro, en Aragón, reclama a la Generalitat que devuelva otro centenar de piezas de arte procedentes de parroquias situadas en la Franja aragonesa que se encuentran en el Museo Diocesano de Lleida. En este caso, la disputa legal tiene otro componente. Se trata de obras cedidas por las iglesias aragonesas al Obispado de Lleida que este, a su vez, cedió al Museo. La primera parte de la discusión ya fue resuelta por la jurisdicción eclesiástica, que estimó que el material debía ser devuelto a las iglesias aragonesas. El museo, al igual que sucedió con el tesoro de Sijena, se niega a entregarlas.
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