EH Bildu inicia un debate sobre su candidato tras el relevo de Goia, con Izagirre de favorito
La coalición se envolverá en la bandera del cambio y de la alternativa a la gestión del gobierno municipal PNV-PSE
EH Bildu ha iniciado un debate sobre su candidatura en las elecciones municipales en Donostia en 2027 tras la retirada de Eneko Goia y la ... llegada de Jon Insausti a la alcaldía. Su actual portavoz municipal, y exalcalde entre 2011 y 2015, Juan Karlos Izagirre, es por ahora el favorito. Pero no hay nada decidido. Y es que el tablero municipal donostiarra se ha movido inesperadamente tras el anuncio de la renuncia después de una década al frente del Ayuntamiento de San Sebastián. El relevo, que tiene un trasfondo de recambio generacional, ha sacudido las estrategias de todos los partidos, que disponen de dos años para hacer frente a a una batalla por la alcaldía de la capital guipuzcoana que se presenta especialmente reñida y abierta y que generará consecuencias a medio y largo plazo en la política vasca.
De entrada, el foco por el protagonismo recae de forma determinante en EH Bildu, la segunda fuerza municipal del consistorio y que tiene ocho ediles, uno menos que el PNV, y se quedó a solo unos 1.000 votos de los jeltzales en 2023. EH Bildu es hasta ahora la principal fuerza de la oposición municipal y lidera la oposición desde que en 2015 perdió la alcaldía en las elecciones locales.
EH Bildu quiere envolverse de nuevo en la bandera del cambio de una gestión municipal que critica con dureza, y que considera que ha llegado a calar negativamente en un amplio espectro de la opinión pública donostiarra, sobre todo de las nuevas generaciones. El descontrol del turismo, la carestía de la vivienda y la contestación social a las obras del Topo constituyen tres de los ejes centrales de su discurso de oposición, que se muestra particularmente severo contra la parálisis que sufre el área de Urbanismo, la falta de ideas, de dinamismo y en la ausencia de empatía en determinados proyectos urbanos que, desde su punto de vista, se han puesto en marcha alejados del sentir social.
Para EH Bildu, el modelo de ciudad puesto en marcha por la coalición PNV-PSE refleja un programa estratégico muy conservador, que beneficia a las élites y perjudica socialmente a la mayoría. El equipo de gobierno replica con la idea de que EH Bildu se ha atrincherado detrás de la eterna pancarta del 'no' y su incapacidad para tejer alianzas y para asumir que la ciudad ha cambiado y necesita nuevos motores de transformación económica.
La alternativa de ciudad
EH Bildu tiene claro que su proyecto estratégico en la actual coyuntura es muy sencilla: abanderar la bandera del cambio y ofertar una alternativa. La paradoja es que quien tiene más posibilidades de liderar la candidatura del 'cambio' es Juan Karlos Izagirre, que supone un liderazgo continuista. A favor de Izagirre cuentan su experiencia en la gestión como alcalde entre 2011 y 2015 y una imagen que EH Bildu considera que está muy consolidada entre su electorado convencional.
Pero Izagirre también encierra algunos flancos débiles. De entrada, perdió los comicios en 2015 tras un veredicto en las urnas que le pasó factura después de cuatro años de gestión. Además, en una pugna marcada por la renovación general, se trataría del aspirante más antiguo.
Kortajarena e Iriarte, opciones
Existen dudas sobre si en un escenario marcado por la necesidad de abrirse a un nuevo electorado progresista, y que se mueve en coordenadas esencialmente donostiarras y no de sigla ni ideológicas, Izagirre puede ser el mejor cartel para enganchar a electores jóvenes. Quienes piensan que no lo es, creen que tendría más peso una candidata joven que tuviera más gancho político. No obstante, entre las quinielas también figuran nombres de veteranas como la portavoz en el Parlamento Vasco Nerea Kortajarena, o la portavoz en las Juntas de Gipuzkoa, Maddalen Iriarte.
Hasta este momento, la opción clásica de Izagirre tiene mayor peso. Pero la situación podría variar con la llegada de Insausti. En EH Bildu se tiene la percepción de que el proceso de desgaste que sufre el PNV no va a tener una fácil vuelta atrás, que responde a motivos de fondo sociológico. El primero, que la izquierda independentista ha dejado de dar miedo en sectores de clases medias. Esto es, la polarización con EH Bildu como un peligro democrático -y que funcionó en 2015- estaría abocada al fracaso. La segunda clave es que el PNV empieza a sentir una erosión en una franja de 'voto de orden', por ejemplo, muy sensible a discursos sobre la inseguridad ciudadana. Y, claro, el problema de la vivienda y de los fondos-buitre solo son la guinda del pastel. Con un trasfondo de envejecimiento demográfico inquietante, Donostia, según este análisis, expulsa a sus vecinos en un proceso que genera un malestar que aflorará en las urnas.
Con estos ingredientes en la caldera, EH Bildu cree que puede capitalizar el descontento y ofrecer una alternativa constructiva que ofrezca un modelo de ciudad diferente. La izquierda independentista se va a envolver en esa bandera de que otra ciudad es posible, y que los donostiarras deben recuperar el control de su ciudad que han perdido en beneficio de cierta clase acomodada que, en su opinión, es la principal beneficiada del despegue turístico.
Los 7.000 votos de Podemos en 2023, una golosa parte de la futura tarta electoral
EH Bildu ha puesto en marcha la elaboración de una estrategia dirigida a captar los 7.000 votos que recibió en 2023 la candidatura integrada por los partidos Podemos, Ezker Anitza y Berdeak y encabezada por Víctor Lasa. En la 'tarta' municipal de las últimas elecciones locales, la coalición liderada por los morados obtuvo dos concejales, lo que se antoja como una golosa pieza a repartirse entre sus rivales, en un contexto en el que sus expectativas son problemáticas.
Pero una cosa es ganar las elecciones municipales en Donostia -algo que EH Bildu está segura de que va a ocurrir en 2027- y otra gobernar. Y esto implica que si EH Bildu quiere hacerse con el control del gobierno municipal de San Sebastián, deberá contar con el apoyo de la mayoría absoluta del consistorio donostiarra, es decir, deberá tener al menos 14 ediles, la mayoría absoluta de la Corporación, algo que podría materializarse con el respaldo del PNV o del PSE. Es decir, solo si se rompe la entente entre socialistas y jeltzales podría alumbrarse la posibilidad del respeto a la lista más votada, que es el principio que se aplicó en 2011 por parte del PNV liderado entonces por Joseba Egibar, que permitió que EH Bildu se hiciera con la Alcaldía de Donostia y con el gobierno de la Diputación Foral de Gipuzkoa. En 2023, las tornas cambiaron. Y los jeltzales decidieron que, aun siendo Bildu la fuerza más votada en el territorio, Gipuzkoa necesitaba un gobierno alternativo PNV-PSE, aunque fuera en minoría.
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