EH Bildu se abre al centroizquierda y el PNV se activa para no perder el 'voto de orden'
La apuesta de la coalición independentista de afianzarse en las clases medias puede dejar a EHKS un espacio en la izquierda más rupturista
Alberto Surio
Domingo, 2 de noviembre 2025, 22:08
El tablero vasco se mueve a toda velocidad. EH Bildu ha iniciado un viaje a la centralidad política y sociológica del país para lograr ser ... la primera fuerza. El movimiento, que le genera contradicciones, tiene como telón de fondo un país en plena mutación, con mareas de fondo imprevisibles que hace pocos años eran inimaginables.
Mientras EH Bildu viaja al centroizquierda, el PNV ha activado una estrategia para retener el 'voto de orden', sobre todo con un discurso 'duro' en materia de seguridad. La polarización con EH Bildu se encuadra en esta apuesta. El objetivo es conservar ese sufragio 'cabreado' por 'la inseguridad' que está tentado de ir a la abstención o apoyar a otras opciones del ámbito conservador. Los jeltzales han ejercido históricamente como un dique de contención frente al radicalismo que ahora podría empezar a resquebrajarse. El giro en materia de seguridad ciudadana constata la preocupación por una desafección en el flanco más conservador del voto urbano no estrictamente abertzale. Las luces de alarma están encendidas.
Tampoco Bildu tiene todo el panorama despejado. No logró su objetivo de ganar las últimas autonómicas quizá por la influencia de GKS en determinados municipios, que pudieron quitarle algunos miles de votos claves para la victoria. Su problema sigue siendo su incapacidad para tejer alianzas de gobierno en Euskadi al menos mientras siga sin condenar a ETA.
La operación de apertura busca dar un vuelco a un puzle vasco en ebullición. EH Bildu ha dejado de dar miedo a las clases medias y se ha convertido en un partido más, incluso con buena imagen entre ciertos empresarios de Gipuzkoa. El mayor debate se libra entre los sectores más jóvenes del electorado. El factor GKS ha pegado fuerte y amenaza con un desgaste por este espectro de la izquierda de tradición rupturista que preconiza la abstención. Entre los jóvenes lo que predomina, por mucho, es un fuerte sentimiento antipolítica.
La praxis de EH Bildu corrobora este giro hacia la centralidad. Nekane Zinkunegi, coordinadora territorial de EH Bildu de Gipuzkoa, se ha referido recientemente al proyecto de conexión del Tren de Alta Velocidad al poner énfasis, no tanto en su ya conocida oposición a la iniciativa, sino en la necesidad de ofrecer información rigurosa y transparente sobre los trabajos y sus plazos de finalización. La izquierda independentista ha dejado de ser rupturista y aunque aún se resiste a llamarse socialdemócrata empieza a ejercer cada vez más como un partido más o menos convencional laborista o de centroizquierda.
Es cierto que en este viraje a la centralidad falta aún el capítulo más importante, y es incluir una sincera autocrítica sobre lo que fue la violencia de ETA. Hasta ahora, la coalición independentista ha llegado a decir que las víctimas nunca tenían que haber sufrido ese dolor. «Queremos trasladarles nuestro pesar y dolor por su sufrimiento. Sentimos su dolor y desde este sentimiento sincero afirmamos que nunca se tendría que haber producido. A nadie puede satisfacer que todo aquello sucediera, ni que se hubiera prolongado tanto en el tiempo. Tendríamos que haber conseguido llegar antes a Aiete», señaló en este palacio donostiarra el 17 de octubre de 2021 Arnaldo Otegi, líder de esta formación, en compañía del entonces secretario general de Sortu, Arkaitz Rodriguez.
La coalición también se ha desmarcado de las pintadas y de algunos incidentes registrados en verano, pero no ha apoyado expresamente a la Ertzaintza tras los ataques que ha recibido estos meses al considerar que hace falta, primero, un debate a fondo sobre el modelo policial vasco de los próximos años. EH Bildu también ha lamentado el intento de boicot de un curso de Criminología en EHU al que tenían previsto acudir dos ertzainas.
Desde el punto de vista de EH Bildu, existe una estrategia del PNV para colocarles en el córner del tablero político con el objetivo de propiciar la polarización y retener a toda costa el voto moderado que se decantó por los jeltzales en 2015 para desplazar a la izquierda abertzale de los gobiernos en la Diputación guipuzcoana y en San Sebastián. Aquel mecanismo de agitación funcionó con eficacia pero el contexto actual ya no es el de entonces.
El mayor exponente del viraje se está dando con el apoyo de EH Bildu al Gobierno de coalición PSOE-Sumar. Lejos de erosionarle, este respaldo explícito a Pedro Sánchez le permite a la izquierda independentista capitalizar este apoyo, justo todo lo contrario que ERC en Cataluña.
La apuesta por el 'centro' implica también una modulación del debate territorial al asumir la coalición una estrategia gradualista. Un plan que implica no poner solo el foco en el derecho a decidir y que explora, incluso, una fórmula de pacto con el Estado alrededor de los derechos históricos. «Es momento de renovar nuestro autogobierno y recuperar poder político», explicaron en verano. Hace pocos años semejante posibilismo hubiera escandalizado en la izquierda abertzale tradicional.
El viraje del PNV en la cuestión de la seguridad ciudadana revela el temor jeltzale a una desafección en cierto voto urbano
El espacio de la ruptura
El realineamiento de EH Bildu puede dejar a EHKS un espacio libre en el campo de la izquierda más crítica que puede ser previsiblemente capitalizado por el Movimiento Socialista (MS) y, en concreto, por GKS, que lanza una crítica frontal al modelo socialdemócrata de la izquierda independentista, a la que califica como una formación que ya forma parte del sistema. GKS sabe que conecta con un sector juvenil de perfil rupturista y claramente anticapitalista. A su vez, EH Bildu reprocha em baja frecuencia a los jóvenes comunistas envolverse en los 'dogmas' de la vieja izquierda más trasnochada. Públicamente prefiere no polemizar con ellos para no darles notoriedad en la discusión. Pero la capacidad de atracción social e ideológica de esta izquierda obrerista es una realidad indiscutible que a veces sorprende a los más veteranos.
No obstante, la denuncia del riesgo de la extrema derecha puede convertirse en un objetivo común para EH Bildu y para EHKS y su marca juvenil, GKS. Desde los jóvenes comunistas se cree que la apuesta antifascista –y también la causa palestina– han despertado el nervio del activismo social y de la movilización en Euskadi que parecía dormido. Y es un movimiento transversal. «Bildu no debe confundirse, no somos sus enemigos», aseguran.
Otegi pide hacer frente al «bloque reaccionario» con la movilización social
El secretario general de EH Bildu, Arnaldo Otegi, aseguró ayer que la formación soberanista seguirá actuando con «memoria y responsabilidad» para «prevenir que el bloque reaccionario» llegue al poder en el Estado, con el fin de evitar la imposición de «un proyecto autoritario imperial español». Otegi participó en un acto junto a víctimas del franquismo y de la violencia policial para llamar a la participación en una manifestación convocada para el 22 de noviembre en Bilbao.
Otegi recalcó que «aunque Franco murió hace 50 años», el franquismo «no murió». «No hubo ruptura con el franquismo, y eso trajo un modelo jurídico y político que solo ha traído problemas a Euskal Herria, a los trabajadores y a todo el pueblo», dijo. Otegi reclamó un ejercicio de «memoria». Aseguró que «asoma el riesgo» del avance del «autoritarismo y el neofascismo» en todo el mundo, y señaló que en el caso del Estado español esta amenaza se expresa en «un proyecto autoritario imperial español» al que hay que hacerle frente» con «grandes mayorías sociales». «Al fascismo no se le puede hacer frente desde la improvisación, el individualismo ni el tacticismo; se le hace frente en términos estratégicos a través de la movilización popular, la disciplina, y la memoria y la actividad colectivas», manifestó. En el acto se ha leído una carta de Luis Vera Sánchez-Bravo, sobrino de José Luis Sánchez-Bravo Solla, uno de los cinco últimos fusilados del franquismo, en la que ha reivindicado la trayectoria antifranquista de su tío. El texto dice que «mientras haya quien blanquee el franquismo o hable con nostalgia de aquellos años, la lucha antifascista seguirá siendo necesaria».
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